Eslovaquia incendió el grupo E al vencer a Bélgica que acabó desesperada con dos goles anulados a Lukaku, tras revisión del VAR. Con la victoria de Rumanía ante Ucrania, las dos favoritas tendrán que reaccionar para evitar caer en la fase de grupos. Los halcones jugaron un partido atrevido, con un despliegue ofensivo y táctico que desactivó la superioridad técnica de su rival. Y tuvieron esa dosis de fortuna con el VAR, que detectó dos infracciones (especialmente la segunda, por la intensidad del balón en la mano, medida por el chip interno del balón) para hacer valor el gol de Schranz al comienzo del partido.
Bélgica desembarcó en el partido al ritmo que marcaban las internadas de Doku en la banda derecha. Por ese costado llegó la primera gran ocasión de los diablos rojos, pero Lukaku no logró dirigir bien su disparo en el área pequeña y estrelló el balón contra el cuerpo de Dubravka. El extremo del City reclamaba toda la atención de sus compañeros, pero no midió el riesgo de intentar hacer en defensa lo que tan bien le suele salir en ataque. Tras un saque de banda junto a la línea de fondo propia, entregó un balón a un contrario que acabó en gol de Schranz. El extremo del Slavia de Praga inició la jugada con una dejada de tacón a Kucka y la acabó rematando a gol tras el despeje de Casteels.
Nadie podrá reprocharle al seleccionador de Eslovaquia, Francesco Calzona, que no era sincero cuando antes de la Eurocopa confesaba sus intenciones para esta fase de grupos: «Me gustaría que hicieran un buen fútbol. Podemos perder, pero no me gusta la mentalidad de conceder y especular con rivales más fuertes». Así que los halcones continuaron sacando el balón jugado desde atrás y presionando arriba. De hecho, es posible que el delantero eslovaco Bozenik todavía siga corriendo detrás del balón para dificultar la construcción del juego de los defensas de Bélgica.
Ante las dudas que podía suscitar la ausencia de Courtois por diferencias con su seleccionador, Domenico Tedesco, el meta Casteels ejecutó una de las paradas del campeonato a voleón de Haraslin, en una magnífica jugada con control de espuela en carrera de Kucka.
Bélgica mejoró con el intercambio de bandas de Trossard y Doku que, en la segunda parte, generaron mucho más peligro. Pero no era el día de Lukaku. Había errado un mano a mano ante Dubravka al final de la primera parte y, después, vio cómo le anulaban un gol por fuera de juego de medio cuerpo. Después fue el meta eslovaco el que se exhibió ante un gran disparo de Trossard. Aunque fue Hancko el que protagonizó la salvada de la tarde al evitar sobre la línea un gol de Bakayoko.
Bélgica encerraba a su rival más por acumulación que por intención y asumía excesivos riesgos para una Eslovaquia que no conjuga el verbo especular. Y así llegó el segundo gol anulado a Bélgica, una vez concedido, tras otra revisión del VAR. Openda había tocado ligeramente con la mano antes de asistir al delantero.