Tras la entrada en vigor de una serie de restricciones en la frontera sur de Estados Unidos, se ha reducido la cantidad de migrantes que pueden pedir asilo o algún tipo de protección en el país, informaron este miércoles varios funcionarios.
Las medidas, que fueron activadas la semana pasada a través de una orden ejecutiva del presidente, el demócrata Joe Biden, prohíben que la mayoría de las personas que crucen de manera irregular a territorio estadounidense puedan acceder a esta protección.
Según indicaron los funcionarios a un grupo reducido de medios, el número de migrantes que han sido referidos para ser deportados de manera «expedita» a sus países o expulsados a México tras ser detenidos en la frontera se ha duplicado en la última semana.
En concreto, del 5 al 12 de junio, «un 73% de las unidades familiares y de los adultos detenidos fueron procesados para retorno voluntario o deportación expedita».
En comparación, la semana anterior a que las restricciones entraran en efecto, esta cifra fue del 36 %.
Un funcionario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés) indicó que «el número de arrestos en el sector de El Paso (Texas) han disminuido un poco» y que han visto «señales tempranas que de que el número de detenciones en toda la frontera está bajando».
A su vez, aseguró que desde que entraron en pie las restricciones «se ha duplicado el número de adultos y de unidades familiares que son procesada y detenidas para deportación expedita».
Así se pronunció Biden sobre la frontera el 6 de junio:
Yesterday I spoke about what we need to do to secure our border, and in the weeks ahead I will speak to how to make our immigration system more fair and just.
— President Biden (@POTUS) June 5, 2024
Let’s fix the problem and stop fighting about it – I’m doing my part. pic.twitter.com/T3nZphIFwQ
Al ser preguntados sobre el efecto de las restricciones en la cantidad de personas que son detenidas cada día en la frontera, los funcionarios aseguraron que es «muy pronto» para evaluarlo.
Sin embargo, un funcionario de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) indicó que «el número de arrestos en el sector de El Paso han disminuido un poco» y que ha visto «señales tempranas que de que el número de detenciones en toda la frontera está bajando».
En la zona de El Paso, donde las autoridades construyeron un gran centro de procesamiento con capacidad para dos mil 500 migrantes, la «mayoría» de las personas que han sido detenidas no han podido solicitar asilo, según explicó un oficial de la Patrulla Fronteriza.
El motivo, señaló el oficial, es que no están expresando que sienten miedo de ser devueltos a sus países.
Como parte de las nuevas medidas, las personas que son detenidas cruzando de manera irregular tienen que expresar por su propia cuenta que temen volver a sus países de origen.
Las nuevas restricciones eliminaron el requisito a la Patrulla Fronteriza de preguntar a los migrantes si tenían miedo de ser retornados. Ahora deben ser ellos quienes lo expresen para poder tener una entrevista de «miedo creíble», el filtro inicial para poder acceder a algún tipo de protección en Estados Unidos.
El funcionario explicó que en diferentes partes del centro, hay afiches explicándoles a los migrantes este cambio. EFE sólo pudo ver uno, en la zona donde se les toman los datos iniciales.
Las instalaciones, ubicadas en el medio del desierto, está compuesto por varias carpas y contenedores y se extiende por más de 300 pies cuadrados.
Este jueves, más de mil 321 migrantes estaban retenidos en este centro, según indicó el funcionario.
Tiene capacidad para dos mil 500 personas y el día de hoy había mil 320. En estas instalaciones, trabajan a diario unas 700 personas, entre funcionarios de CBP y contratistas.
En este centro, hay detenidas tanto familias, como adultos que viajan solos y menores no acompañados.
Los migrantes son retenidos en decenas de celdas, con puertas transparentes. En cada una de ellas, duermen y pasan el día de 15 a 20 personas.
Cada celda cuánta con tres sanitarios y dos lavamanos. También hay varias colchonetas que las personas usan para dormir sobre el piso. Se les da una cobija de aluminio para que se cubran.
Varias organizaciones en defensa de los derechos humanos interpusieron el una demanda en contra de las nuevas restricciones impuestas por Biden.