Fue un empate justo. Los dos pudieron caer y ambos pudieron ganarlo. Un resultado que claramente caerá mucho mejor en tierras norteamericanas, aún más teniendo en cuenta que los estadounidense venían de caer 5-1 ante Colombia en el primero de sus amistosos internacionales previos al arranque de la Copa América. En cuanto a Brasil, la sensación es de incógnita porque los de Dorival Santos se vieron tan incisivos como endebles.
Y si bien tienen muchísimo en ataque: Vinicius Jr, Rodrygo, Paquetá y compañía, aún no se acostumbra a jugar sin un delantero de referencia. De hecho, la mayoría de las jugadas cariocas en ataque eran prolijas hasta tres cuartos de cancha, en donde aún le falta encontrar un desmarque en la zona caliente para que los delanteros queden mano a mano. Con la entrada de Endrick en el complemento cambió la ecuación. Y de no ser por un par de intervenciones de Matt Turner la historia podría haber cambiado.
Pero todo lo que tiene en ataque también lo sufre en defensa. Estados Unidos, que ya no es el mismo equipo que se agigantaba en la Concacaf hace un par de años atrás y que había logrado clasificarse cómodamente a Qatar 2022, le generó inconvenientes a la defensa carioca. De hecho, antes del gol de Rodrygo para poner el 1-0 en el primer tiempo, los estadounidense podrían haberse en puesto en ventaja tras un zapatazo de Timothy Weah que explotó en el travesaño y de milagro no se metió tras rozar en la espalda de Alisson.
Al minuto 17 de partido, Rodrygo aprovechó un error en salida de los norteamericanos y facturó el 1-0 para los de Dorival Junior. Y pese a que el Scratch era más que los locales, una falta inexistente que el árbitro vio sobre Pulisic en la medialuna del área brasilera, terminó con un golazo de tiro libre del jugador del Milán que la metió bien abajo sobre el caño izquierdo de Allison.
En el segundo tiempo ambos tuvieron situaciones en un partido que por momentos tuvo mucha intensidad e ida y vuelta, pero a los dos conjuntos les falto estar más precisos a la hora de definir. Con la entrada de Endrick, los de Santos encontraron más espacios por las bandas porque claro, Vinicius y Rodrygo se dedicaron a hacer lo que saben hacer: jugar pegados a las bandas y encarar mano a mano a los laterales para desbordar.