La NOAA pronostica que en 2024 se podrán formar entre 17 y 25 tormentas de más de 62 kilómetros por hora.
El Atlántico tendrá este año una temporada de huracanes por encima del promedio, con la posibilidad de hasta 13 huracanes, de los cuales hasta siete pueden ser mayores. Así lo ha informado este miércoles la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, en inglés) de Estados Unidos.
El pronóstico, que cada mayo hace esta agencia gubernamental, refleja que este año se podrán formar entre 17 y 25 tormentas con vientos sostenidos por encima de los 62 kilómetros por hora. «Es de destacar que el pronóstico de tormentas con nombre, huracanes y huracanes importantes es el más alto que la NOAA haya emitido para mayo», ha aseverado este jueves el administrador de la NOAA, Rick Spinrad, durante una rueda de prensa.
El organismo ha estimado que la alta actividad de 2024 en la cuenca atlántica se debe a «una confluencia de factores» que suele favorecer la formación de tormentas, principalmente a las «temperaturas oceánicas cálidas casi récord en el Océano Atlántico y al desarrollo de condiciones de La Niña en el Pacífico». De igual modo, la reducción de los vientos alisios del Atlántico y una menor cizalladura del viento colaborarán produciendo una temporada con un número de ciclones mayor al promedio.
Vientos de 178 km/h
Los meteorólogos han establecido que una temporada media, que en el Atlántico se extiende de forma oficial desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, cuenta con siete huracanes y tres huracanes mayores, estos últimos con vientos máximos sostenidos de 178 km/h o más. «Ya estamos viendo tormentas moverse por todo el país que pueden traer peligros adicionales como tornados, inundaciones y granizo», ha señalado el administrador adjunto de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA), Erik Hooks, que ha pedido a la población proactividad ante un «panorama climático cada vez más desafiante».
La NOAA ha destacado que conforme llega a su fin «uno de los fenómenos de El Niño más fuertes jamás observados» se producirá una rápida transición a La Niña, que tiende a disminuir la cizalladura del viento en los trópicos». Esto, según ha sostenido, se sumará «a las altas temperaturas en el Océano Atlántico tropical y el Mar Caribe para fomentar el desarrollo de tormentas».
«El cambio climático está calentando nuestros océanos a nivel mundial y en la cuenca del Atlántico, y derritiendo el hielo en la tierra, lo que provoca un aumento del nivel del mar, lo cual incrementa el riesgo de marejadas ciclónicas», ha manifestado la agencia estadounidense. La NOAA, así, corrobora que precisamente el aumento del nivel del mar refleja la «clara influencia humana» que tiene el daño potencial que puede cargar un huracán. Durante la temporada pasada se dieron 20 ciclones.