El adolescente confesó a la Policía que no se llevaba bien con sus progenitores, que eran adoptivos. Según él, lo llamaron vagabundo y le impidieron hacer los deberes.
Un joven de 16 años ha sido detenido este lunes tras confesar haber asesinado a sus padres y a su hermana en su vivienda en Sao Paulo, Brasil, después de una discusión en la que le confiscaron su teléfono móvil. El adolescente se entregó a la Policía y admitió que convivió con los cadáveres durante el fin de semana, según recoge el portal de noticias brasileño ‘G1’.
Todo se desencadenó el viernes 17 de mayo, cuando el joven, enfadado porque le quitaron el móvil, cogió la pistola que su padre tenía —era guardia municipal— y le disparó en la nuca mientras estaba de espaldas en la cocina. Su hermana, también de 16 años, acudió al lugar para ver qué ocurría, pero acabó muriendo de un disparo en la cara.
Tras ello, el joven dejó los cuerpos en casa y se fue al gimnasio. Al volver, esperó a que su madre llegara del trabajo, a quien también mató a sangre fría con un disparo por la espalda. Además, al día siguiente apuñaló el cuerpo de su progenitora.
El chico mantuvo los cadáveres de toda la familia en su casa durante el fin de semana, donde hizo vida normal, hasta que llamó a la Policía para confesar un triple asesinato que ha conmocionado Brasil. Ya en la comisaría, relató a los agentes que no se llevaba bien con sus padres, los cuales eran adoptivos.
Según él, lo llamaron «vagabundo» y le quitaron el móvil. Según el informe policial, la rabia que le generó esto, y la importancia que dijo sufrir por no poder utilizar ni el teléfono ni el ordenador para hacer una presentación del colegio, le llevó a planear la muerte de su familia. Durante el interrogatorio, el joven no se mostró arrepentido.
Las autoridades han acusado al adolescente de homicidio, feminicidio, posesión ilegal de arma y difamación de cadáver. Tras su declaración, ha sido trasladado a un centro de detención de menores.