“Supongo que cuando fuimos niños todos tuvimos un ídolo. Al que admirábamos, al que veíamos en la tele y pensábamos ‘yo quiero ser como esa persona de grande’ Y si éramos niños con mucha imaginación, podíamos soñar que estábamos jugando a la pelota con ese ídolo, que era lejano, intocable, difícil de alcanzar. Ese niño fui yo».
«Ese niño cumplió su sueño y jugó con el jugador que siempre tuvo de ídolo. Hoy con una sensación extraña y un nudo en la garganta, sé que a ese niño le hubiese gustado jugar contigo diez años más, y a mí también, Toni».
«Porque nunca dejé de ser ese niño que siempre te admiró. Llevo todo el día dándole vueltas a esta carta y creo que nunca te lo dije, y no sé si podría hacerlo personalmente, pero quiero que lo sepas; Te quiero y una parte de lo que soy, es gracias a vos.” ESTOY HUNDIDO