Dos personas murieron y varios cientos resultaron heridas, entre ellas un centenar de policías, en la segunda noche consecutiva de violencia en el territorio insular francés de Nueva Caledonia, en el Pacífico sur, en el marco de las protestas por los cambios en el censo electoral local aprobados en Francia.
El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, anunció en unas declaraciones en la radio RTL que también han sido incendiados decenas de edificios residenciales, industriales y comerciales.
El presidente Emmanuel Macron ha convocado un consejo de seguridad y defensa, según anunció el Elíseo, para analizar la crisis, que no tiene precedentes desde la ola de violencia que sufrió el territorio en la década de 1980.
Nivel «insurreccional»
La situación está en un nivel «insurreccional», advirtió el alto comisario de la República en Nueva Caledonia, Louis Le Franc, quien informó de que se han realizado 140 detenciones desde el lunes.
«Si esta noche no se atiende el llamamiento a la calma habrá muchas más» víctimas, advirtió Le Franc en una conferencia de prensa.
Añadió que se ha suspendido el tráfico aéreo ya que no se puede garantizar la seguridad del tráfico en torno a los aeropuertos.
Noche tensa
Los medios locales informan de una noche extremadamente tensa, con la población organizada en milicias vecinales equipadas con palos, bates, cascos y algunas armas de fuego para contener a grupos de jóvenes independentistas, armados con hachas, ante la incapacidad de la policía para estar en todas partes.
La violencia, que se ha repetido a pesar del toque de queda establecido por el Gobierno francés, está centrada en la capital, Noumea, y es obra de grupos de jóvenes independentistas.
Estos jóvenes son en una buena parte menores de edad, según dijo el diputado por Nueva Caledonia Nicolas Metzdorf.
Cambios en la ley
La protesta ha estallado en respuesta a la reforma del censo electoral del territorio aprobada el martes por la Asamblea Nacional francesa.
Con el cambio podrán votar en Nueva Caledonia personas llegadas desde la metrópoli y que residen allí desde hace un mínimo de diez años, lo que diluirá el peso electoral de la población de origen nativo, que es en buena parte independentista.
El movimiento independentista FLNKS condenó la violencia e hizo un llamamiento a la calma.
Estado de urgencia
La presidenta de la provincia del sur, Sonia Backès, ha pedido a Macron, que instaure el estado de urgencia en el territorio.
Macron hizo un llamamiento a la calma e invitó a los dirigentes políticos independentistas y lealista a viajar a París para buscar un acuerdo.
Si no lo hay, dijo que convocará para antes de fin de junio un Congreso (reunión de las dos cámaras del Parlamento) para acordar la revisión constitucional sobre el censo electoral de Nueva Caledonia.
Exportación de níquel
En medio de esta disputa está la delicada situación de la economía local, que depende en buena parte de la exportación de níquel, pero que afronta una situación complicada por la caída de la cotización de ese metal en el mercado internacional sumada al elevado precio de la energía.
Eso se suma a la frustración política del campo independentista, que se abstuvo de participar en el último referéndum de autodeterminación de 2021, una consulta que había pedido retrasar debido a la situación sanitaria por la epidemia de coronavirus en el territorio.
Medios locales hablan también de injerencia extranjera, sobre todo de Rusia y China, a través de redes sociales y dirigida a los jóvenes.
El lunes en Noumea, la capital de este territorio insular situado a 17.000 kilómetros de la metrópoli y habitado por unas 270.000 personas, los manifestantes incendiaron automóviles, viviendas y fábricas, saquearon comercios y se enfrentaron con armas a las fuerzas del orden, de acuerdo según fuentes oficiales.
Desde el martes está vigente un toque de queda en Noumea y han cerrado las escuelas y el aeropuerto.
El Gobierno francés anunció el envío de cuatro escuadrones de antidisturbios para reforzar la dotación policial.
En virtud de unos acuerdos firmados en 1998, Nueva Caledonia ha celebrado tres referéndum sobre su independencia, todos ellos con triunfo de los partidarios de seguir siendo Francia.