El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, defendió ayer la decisión de interrumpir la entrega de 3.500 bombas a Israel por el temor a que fueran utilizadas por su ejército en Rafah. Blinken señaló que Israel no tiene un “plan creíble” para evacuar y proteger a los 1,4 millones de personas que se hacinan en esta ciudad del sur de la franja de Gaza.
En declaraciones a medios estadounidenses Blinken señaló que EE.UU. mantiene su compromiso con Israel y su defensa. Pero añadió que esto puede cambiar si las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) siguen adelante en su ofensiva sobre Rafah.
Hoy el ejército hebreo consolidó su avance sobre el centro de Rafah y, en paralelo, incrementó sus acciones al norte de la Franja de Gaza, donde según explica, Hamas se ha reagrupado. El ejército israelí había manifestado, hace meses, que el norte de la Franja se encontraba libre de la presencia de miembros de la organización islamista.