Autoridades locales de la zona fronteriza de Colombia con Panamá expresaron su preocupación por la idea que ha esbozado el presidente electo de ese país, José Raúl Mulino, de cerrar el paso por la selva del Darién que une los dos países en un intento por frenar la migración irregular.
Mulino, quien ganó el domingo la elección presidencial en Panamá, ha planteado cerrar la selva con ayuda de tecnología y utilizando a la policía fronteriza, sin presentar un plan concreto.
Sin embargo, sus declaraciones generaron preocupación en Necoclí, un pequeño pueblo del Caribe colombiano a donde llegan cientos de migrantes que abordan diariamente embarcaciones que luego los llevan por mar abierto hasta el inicio de la peligrosa travesía por la selva.
“Tal decisión podría desencadenar un significativo represamiento de migrantes en nuestro territorio”, indicó el miércoles en un comunicado la alcaldía de Necoclí, como ya ocurrió en febrero por una protesta de transportistas.
Cerca de 65.000 migrantes han pasado por Necoclí en lo que va del año, lo que según la alcaldía representa un incremento de más de 20.000 personas con respecto al mismo periodo del año anterior.
El municipio tiene una población de 38.000 personas.