Este día se conmemora en diferentes lugares del mundo y en Honduras no es la excepción, pues es una tradición muy popular que no solo tiene un significado religioso, sino que también marca el inicio del período de lluvias.
Todo comienza en Jerusalén y hace referencia a la cruz de madera donde murió Jesús, la fecha se instauró desde el 326 cuando se encontró la reliquia que es sagrada para la religión católica.
No obstante, años atrás, en el 311, Eusebio Cesarea, uno de los primeros historiadores del cristianismo, señaló que el emperador de Roma, Constantino I, hijo de Santa Elena, tuvo una revelación antes de la batalla contra Majencio, vio una cruz en el cielo y escuchó que alguien le decía que con ese signo vencería, por lo que la mandó poner en la bandera de su ejército y triunfó en la batalla.
Otros escritores agregan que Santa Elena fue a Jerusalén en busca de algunos vestigios de la pasión de Cristo y encontró el 3 de mayo fragmentos de tres cruces de madera, para saber en cuál crucificaron a Jesús, imploró la salud de varios enfermos, y a través de la sanación de ellos logró determinar en qué madero fue crucificado.
Desde entonces, el 3 de mayo se festeja el aniversario del descubrimiento de la Santa Cruz, en la que los festejos consistían en la representación del descubrimiento de la Cruz por la Emperatriz Elena, quien tocó a una mujer mortalmente enferma con las tres cruces, las dos primeras no le causaron ninguna impresión, pero cuando fue tocada por la tercera cruz, se puso de pie, curada milagrosamente.
Celebración en Honduras
El día de la Cruz es una fiesta colorida, que inicia con la tradicional decoración de la cruz y su exaltación en distintas colonias, barrios, aldeas y caseríos del país. También es una celebración que está ligada a la temporada de lluvias y el inicio de la temporada de la siembra de diferentes granos básicos, por lo que posee un carácter eminentemente agrícola, la fertilidad y el buen logro de las cosechas.
Según la tradición se dice que, si llueve durante esta fecha, se tendrá un buen invierno y una oportunidad para tener una próspera y bendecida cosecha. Es por esto que para las comunidades agrícolas este día es de suma importancia ya que celebran la llegada de las lluvias y el fin de la sequía.