A punto de que concluya la temporada 2023/2024 y sin posibilidad de luchar por ningún título, el FC Barcelona no sabe quién se sentará en el banquillo del primer equipo la próxima temporada. Tanto ese, como el futuro de Xavi Hernández, serán los principales temas a tratar en la Asamblea de este miércoles en Can Barça.
Desde que anunciase, hace ya tres meses, tras la derrota ante el Villarreal (3-5) en Montjuic, su decisión de dejar de ser entrenador del conjunto blaugrana a final de curso, el de Terrasa siempre se había mantenido firme cuando se le cuestionaba al respecto: «Desde que dije que me marchaba, todo ha ido mucho mejor, los jugadores se han liberado», aseguró en varias ocasiones.
Ahora, la situación parece haber cambiado para el catalán, que podría haber reconsiderado su adiós y le habría comunicado a Joan Laporta su predisposición a continuar liderando la nave azulgrana el próximo curso, cumpliendo así el año de contrato que le resta.
La pelota está ahora en el tejado del presidente de la entidad culé y su junta directiva, en la que hay discrepancias sobre si Xavi debe seguir o no pese a la mejoría del equipo en las últimas semanas –a pesar de la eliminación en Champions y la derrota en el Clásico, que deja muy difícil la Liga para los catalanes–.
A favor del exfutbolista juega la continuidad del proyecto, así como que la llegada de un entrenador de prestigio que inicie uno nuevo, de éxito, está más que complicada –las opciones en el mercado no son demasiadas, y es complicado convencer a alguien que acepte las limitaciones económicas del club–, lo que hace que por ahora el único nombre realista sea el de Rafa Márquez, actual entrenador del filial azulgrana.
