Los presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) condenaron este martes el asalto a la Embajada de México en Quito y la captura en ese lugar del exvicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, quien se encontraba bajo la protección del asilo, cuando la Policía de Ecuador irrumpió armada y por la fuerza contra la sede diplomática.
La agresión de Ecuador ha sido considerada por los mandatarios de la Celac como un acto violatorio de la soberanía mexicana, que atentó contra las relaciones diplomáticas y vulneró no solo la condición de asilo, sino también la normativa internacional.
Durante la cumbre, que se realizó por teleconferencia, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, le pidió a sus pares que acompañen la denuncia que México presentó contra Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ) por los hechos que culminaron con la detención de Glas, a quien mantienen privado de su libertad en una cárcel de máxima seguridad.
López Obrador recordó que con la denuncia en la CIJ, México busca dos cosas: que Ecuador sea suspendido de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hasta tanto se pronuncie por la no repetición de este hecho; y que se establezca un procedimiento para que si otro Estado actúa de manera similar, la Corte pueda solicitar a la Asamblea General de la ONU, una resolución de expulsión para que esa instancia vote al respecto, sin que los integrantes del Consejo de Seguridad puedan ejercer el «ya caduco» derecho de veto.
«Si no hacemos esto, no vamos a poder vivir en un mundo regido por normas, por leyes. Decía yo al presidente [brasileño, Luiz Inácio] Lula [da Silva] que sería el mundo de los gorilas. Estaríamos viviendo en el mundo de los gorilas, con todo respeto a los gorilas», expresó el mandatario mexicano.