El Gobierno de Brasil decidió no volver a contratar campañas de publicidad en X tras las polémicas críticas del magnate Elon Musk, dueño de la red social, a la Corte Suprema del país y al presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
Fuentes de la Secretaría de Comunicación confirmaron este sábado que la administración de Lula ya no invertirá más recursos en promover las acciones del Ejecutivo en la plataforma, en medio de la contienda con el empresario, propietario también de Tesla y Space X.
Según el portal de Transparencia, el Gobierno del líder progresista gastó alrededor de 650.000 reales (127.000 dólares o 120.000 euros) en comunicación institucional en X entre 2023, año en el que asumió el poder, y los primeros meses de 2024.
La medida, que aplica para nuevos contratos de publicidad, se fundamenta en una directriz promulgada en febrero pasado para evitar acciones publicitarias en “portales, aplicaciones y productores de contenido” que puedan “dañar la imagen de las instituciones del Poder Ejecutivo”.
Además, la prensa brasileña publica este sábado que el representante de X en Brasil, el abogado Diego de Lima Gualda, dejó esta semana el cargo, según un documento en la Junta Comercial de São Paulo.
¿De dónde surge pugna entre Musk y el Gobierno de Brasil?
La polémica tiene su origen en una serie de mensajes de Musk en los que acusó al juez del Supremo brasileño Alexandre De Moraes de imponer la censura por, en su opinión, determinar el bloqueo de perfiles de X sin un motivo aparente.
El empresario también anticipó que, en defensa de la libertad de la expresión, desobedecería decisiones en ese sentido, incluso si ello le acarreara multas económicas o el cierre de la plataforma en el país suramericano.
De Moraes respondió incluyéndolo en las investigaciones que avanzan en el alto tribunal sobre la difusión de noticias falsas y ataques a las instituciones democráticas.
Ajeno al fallo, Musk siguió con sus críticas esta semana, calificó de “dictador” al magistrado y cuestionó el nombramiento de Cristiano Zanin, antiguo abogado personal de Lula, para ocupar un asiento en el Supremo.
Mientras, Lula condenó el miércoles que “un empresario que nunca produjo nada”, en alusión a Musk, critique los fallos de la Justicia y hasta se diga dispuesto a incumplirlas, e insinuó que debería usar su fortuna para “ayudar a preservar” el medioambiente.
Las críticas de Musk a la justicia de Brasil han sido interpretadas en sectores de la política nacional como una suerte de apoyo a la ultraderecha que lidera el expresidente Jair Bolsonaro, sobre todo de cara a las elecciones municipales de octubre próximo.