El alcalde de Denver, Mike Johnston, anunció el miércoles un cambio importante en la respuesta de la ciudad a la crisis migratoria, y ampliará la ayuda a seis meses, pero con sólo unos 1.000 cupos. El nuevo rumbo presentado por el alcalde se produce tras los intentos fallidos de conseguir ayuda federal y por los profundos recortes en el presupuesto de la ciudad, ya que Denver ha prestado servicios a casi 41.000 migrantes desde finales de 2022.
Se trata de un cambio radical con respecto a la estrategia aplicada en ciudades como Chicago, Nueva York y la propia Denver el año pasado, que consistía en estancias de semanas o meses en los albergues. En lugar de eso, el nuevo programa de Denver colocará a los solicitantes de asilo en departamentos por hasta seis meses, les brindará capacitación laboral y la oportunidad de conseguir certificados y experiencias laborales no retribuidas, asistencia alimentaria y asesoramiento para los trámites de asilo.
El objetivo es servir de amortiguador y proporcionarles una formación intensiva mientras los recién llegados esperan seis meses para obtener un permiso de trabajo tras solicitar asilo conforme a la legislación federal.
“En Denver creemos que para resolver estos problemas no hay que darles la espalda a nuestros valores estadounidenses, sino que hay que acogerlos”, afirmó Johnston, derrochando una visión poética sobre las migraciones que llegaron a Estados Unidos durante siglos.
La ciudad de Nueva York solamente garantiza a la mayoría de los migrantes adultos 30 días en el sistema de refugios municipales, que es un mosaico de instalaciones que incluye hoteles reconvertidos y enormes dormitorios en tiendas de campaña. Algunos adultos jóvenes y algunas familias con niños obtienen 60 días de estancia. Pero, a diferencia de los adultos solteros, también pueden recibir una nueva estancia cuando ese plazo se vence. Esto les permite quedarse dentro del sistema por todo el tiempo que necesiten.
Chicago empezó a poner en práctica un límite de 60 días a la estancia en los refugios a mediados de marzo. Pero gracias a varias exenciones —incluidas las de las familias con hijos en la escuela— pocas personas han sido desalojadas todavía. Según la ciudad, sólo 101 personas han dejado hasta ahora los refugios debido a los límites de estancia.
Hasta el miércoles, la ciudad dijo que más de 15.000 personas han encontrado otra vivienda desde que los funcionarios comenzaron a registrar los datos en 2022. Muchos han solicitado la ayuda para el alquiler proporcionada por el estado. Chicago ha informado de la llegada de más de 38.000 migrantes a la ciudad desde 2022.