Amanda Richmond, enfermera de 45 años y madre de cuatro hijos, desapareció el pasado mes de diciembre cuando se lanzó a un río helado en Alaska para intentar rescatar a su perro y su cuerpo ha sido encontrado cuatro meses después con la mascota entre sus brazos.
El trágico desenlace tuvo su origen el pasado 23 de diciembre, cuando Amanda y su marido Brian salieron a dar un paseo por el comienzo del sendero nevado de North Fork del río Eagle para celebrar sus 18 años de matrimonio y en vísperas de festejar la Navidad, tal y como recoge Daily Mail.
El caudal se encontraba completamente helado y su perro, Groot, que también les acompañaba en ese día tan especial, cayó al agua mientras intentaba beber por una pequeña grieta en el hielo, que acabó resquebrajándose.
En ese mismo instante, Brian no dudó en saltar detrás de él para agarrarle, pero no tuvo éxito debido a que Groot se encontraba a una profundidad ya inalcanzable.
Según ha relatado a los medios de comunicación, el marido de la enfermera se aferró «al borde del hielo» mientras se «agachaba frenéticamente bajo el hielo, alcanzando la oscuridad tratando de sentir y agarrar a nuestro perro», pero «no sentí nada».
Por ello, volvió a la orilla, en la que ya no estaba su mujer, pues decidió sumergirse en el agua helada para encontrar a su mascota, nadando bajo el hielo: «Por la expresión de su cara supe que iba a salvar a nuestro perro», «ella es una enfermera de urgencias, capacitada para ayudar y salvar personas. En esta situación, ella iba a salvar a nuestro perro».
Desde entonces, las autoridades han trabajado en la búsqueda y localización de la enfermera y su mascota hasta que el domingo 31 de marzo se notificó a la policía de Anchorage el hallazgo del cuerpo de una persona fallecida que sostenía entre sus brazos a un perro, que coincidían con el de Amanda y su querido Groot.
Para el matrimonio, Groot era otro miembro más de la familia y recuerdan a Amanda como una heroína: «A cualquiera que se pregunte por qué saltaríamos para salvar a nuestro perro, solo puedo responder que nuestros instintos se hicieron cargo y entramos sin pensar», ha afirmado su marido.
