El ataque a la niña, de origen musulmán, abre el debate sobre la seguridad en las aulas, mientras que Macron denuncia la «violencia desinhibida» en los adolescentes
A Samara, de 13 años, tres menores de 14 y 15 le dieron una paliza el pasado martes a la salida del colegio Arthur Rimbaud, en Montpellier. La agresión fue de tal violencia que entró en coma, del que salió ayer. Este suceso ha abierto de nuevo el debate sobre la inseguridad en las aulas en Francia. El Gobierno ha abierto una investigación para esclarecer lo sucedido mientras que los tres agresores están detenidos.
El presidente del Gobierno, Emmanuel Macron, ha reaccionado a este hecho y ha constatado «la violencia desinhibida en los adolescentes». «La escuela debe seguir siendo un santuario para nosotros, tanto para los profesores, como para los alumnos», ha dicho Macron, que estaba de visita en un centro escolar este viernes.
Al Gobierno le inquieta el aumento de las agresiones en las escuelas. Hace unos meses se aprobó un plan contra el acoso escolar, tras el suicidio de varios adolescentes, y se estudian medidas también para limitar el impacto de las pantallas y las redes sociales en los menores. Los tres agresores de Samara han reconocido su implicación en los hechos y admiten «haber golpeado a la víctima», explica en un comunicado difundido el viernes el Fiscal de Montpellier, Fabrice Belargent.
El rectorado ha dicho que se pondrá en marcha también un dispositivo de protección. «Los servicios de policía también establecerán un sistema de seguridad adecuado alrededor del establecimiento. Se complementará con la presencia de equipos móviles de seguridad académica dentro del establecimiento», dijo.
En el caso de Samara, aún no se han esclarecido las causas del ataque por parte de los jóvenes, aunque la madre de la joven ha asegurado en la cadena BFM que hubo un «llamamiento en redes sociales» para ir a por su hija y sí dijo que es porque es musulmana, pero «se maquilla y viste a la europea». Macron ha pedido prudencia y dejar que sea la investigación la que esclarezca lo ocurrido.
Los investigadores aún no han determinado que haya una motivación religiosa en el ataque, según cita Le Monde. Según la fiscalía, la joven «en el marco de una audiencia necesariamente breve dado su estado de salud, confirmó las violencias de las que fue sometida y reveló otras, cometidas unos días antes por uno de los tres imputados».
