Colombia y Panamá no protegen a cientos de miles de migrantes que cruzan la selva del Darién en camino hacia Estados Unidos, y que se han vuelto cada vez más vulnerables a los robos y la violencia sexual, según un reporte publicado el miércoles por Human Rights Watch (HRW).
La organización pidió a los dos países que nombren funcionarios de alto nivel para coordinar la respuesta a la crisis humanitaria que se desarrolla en el Darién y recomendó que sus gobiernos colaboren para mejorar la seguridad y asegurar más asistencia de grupos internacionales.
“Sea cual sea el motivo de su viaje, los migrantes y solicitantes de asilo que cruzan el Tapón del Darién tienen derecho a condiciones mínimas de seguridad y al pleno respeto de sus derechos humanos durante el viaje”, aseguró Juanita Goebertus, directora de la División de las Américas de Human Rights Watch, en un comunicado antes de la publicación del reporte.
Goebertus también pidió al gobierno panameño que reconsidere una decisión reciente de suspender la autorización de Médicos Sin Fronteras, una organización benéfica médica, para operar en su territorio.
“Restringir el trabajo de MSF es exactamente lo contrario a lo que se necesita para abordar la situación en el Tapón del Darién”, señaló Goebertus.
Las recomendaciones de HRW se publicaban mientras cifras récord de migrantes cruzan la selva del Darién en su camino a Estados Unidos.
El año pasado, más de 520.000 personas cruzaron el denso bosque sin carreteras situado entre Sudamérica y Centroamérica, según el departamento migratorio de Panamá. Es el doble que en 2022.
En torno a la mitad de las personas que hicieron el peligroso viaje eran venezolanos que huían de la crisis política y económica de su país. Se sumaban a decenas de miles de migrantes de Ecuador y Haití, así como a unos 4.000 refugiados afganos.