Los investigadores franceses siguen sin poder determinar la causa de la muerte del pequeño Émile, el niño de dos años desaparecido en el mes de julio y cuyos restos han sido hallados este sábado en una zona situada cerca de la localidad donde se perdió su rastro.
«La causa de la muerte sigue sin explicar. Ninguna hipótesis puede favorecerse sobre las otras en el estado actual de la investigación», ha reconocido este martes el fiscal de Aix en Provence (sureste), Jean Luc Blachon, responsable de las pesquisas.
Blachon ha ofrecido una primera rueda de prensa para determinar el estado de la investigación, en la que ha detallado que el cráneo del pequeño presentaba restos de mordiscos, con «pequeñas fracturas y fisuras post mortem».
En cambio, «no se ha observado ningún trauma ante mortem», ha indicado, si bien ha admitido que los huesos descubiertos han estado expuestos «un largo tiempo» a la intemperie y a los cambios de temperatura, por lo que no permiten precisar la causa de la muerte. El fiscal ha añadido que a unos 150 metros del lugar donde han aparecido algunos huesos se han encontrado algunas prendas de ropa que llevaba el niño el día de su desaparición: una camiseta, calcetines y un pantalón.
Se encontraba desaparecido desde julio
Émile Soleil había desaparecido en julio pasado sin dejar rastro, mientras se encontraba con su familia en una residencia de verano en la pequeña localidad de Haut Vernet, situada a 1.200 metros de altura y rodeada de bosques y montañas. El fiscal ha detallado que la mujer que encontró los restos el pasado sábado hacía un recorrido por la zona a través de un camino estrecho por el que había pasado hacía un mes sin haber observado nada.
Se trata exactamente de una zona a unos 25 minutos a pie de donde desapareció Émile, un paraje con «mucha pendiente» y que en verano tiene «mucha vegetación», ha agregado. El área se encuentra además dentro del perímetro en el cual se realizaron varias batidas el pasado verano, pero Blachon ha reconocido que no se puede garantizar que entonces se cubriera «cada metro cuadrado» de la zona marcada.
Asimismo, ha declarado que las altas temperaturas pudieron perjudicar el trabajo de los perros rastreadores. En cuanto a la investigación, el fiscal ha declarado que esta va a continuar «con la misma intensidad» sobre el terreno y en el laboratorio, ya que los elementos encontrados no han terminado todavía de ser analizados.
