El papa Francisco aceptó la renuncia de monseñor José Antonio Eguren Anselmi como arzobispo metropolitano de la región de Piura, en Perú, luego de que el prelado fuese investigado por casos de abusos y otras irregularidades en su congregación, Sodalicio de Vida Cristiana.
Detractores de Eguren han señalado que, en realidad, fue obligado a renunciar. El monseñor tiene 68 años, por lo que no ha cumplido los 75 que se exige para dimitir como obispo. El Vaticano no dijo por qué se retiraba del arzobispado.
Fuentes próximas a la investigación aseguraron al portal especializado InfoVaticana que la causa tiene que ver con la averiguación de Roma al Sodalicio de Vida Cristiana.
A mediados de 2023, el Vaticano envió al arzobispo de Malta, Charles Scicluna, y al sacerdote español, Jordi Bertomeu, a indagar sobre las acusaciones de abusos sexuales, físicos y psicológicos en el Sodalicio.
Cinco años antes, en 2018, la Santa Sede anunció la intervención del Sodalicio. Previamente la Fiscalía de la Nación había pedido prisión preventiva para varios integrantes y exmiembros de la organización, entre ellos su fundador, Luis Fernando Figari; quien se presume fue encubierto por Eguren.
«Algo de justicia para los comuneros de Piura. Fruto de la labor de los emisarios del papa Francisco, Charles Scicluna y Jordi Bertomeu, el obispo sodálite José Antonio Eguren se ha visto obligado a presentar su renuncia al arzobispado de Piura y Tumbes. Esto no se ve así nomás», resaltó Pedro Salinas.