Monseñor José Vicente Nácher Tatay C.M. nombrado sexto arzobispo de Tegucigalpa cumple un año de haber recibido la ordenación episcopal, convirtiéndose así, en uno de los sucesores de los apóstoles, para acompañar al pueblo de Dios y pastorear la porción de la Iglesia que peregrina en el departamento de Francisco Morazán.
Aquel 25 de marzo, en medio de sentimientos encontrados, conocíamos a un hombre sencillo, humilde, que se puso como primera misión, escuchar al pueblo de Dios. Durante sus primeros meses, se dio la tarea de visitar cada una de las parroquias y comunidades que le han sido encomendadas. Allí ha conocido la realidad del pueblo de Dios, en medio de las luchas, las dificultades, así como los gozos y alegrías. Al visitar las parroquias, empezó su misión de confirmar la fe de los jóvenes, de atender a los movimientos, a los grupos pastorales, así como transmitir con claridad el mensaje del Señor. Sabiendo de su experiencia misionera, ha quedado evidenciado que, por el Evangelio, llegará a los lugares más recónditos de la Arquidiócesis.
La comunión con sus sacerdotes, la cercanía con su predecesor y la claridad de sus decisiones, han sido algunas características de un pastor que, cada día mas conoce a sus ovejas. En este primer año, le tocó asumir la presidencia de la Conferencia Episcopal y participar del Sínodo de la Sinodalidad, momentos claves que van forjando el estilo de pastor que la Iglesia Universal está proponiendo, siendo promotor de caminar juntos para una mejor comprensión del llamado del Señor.