Billy McNeely no podía pasar por un detector de metales sin pitar. Normal, desde hacía tres años llevaba clavada la hoja de un cuchillo de unos 7,5 centímetros en la espalda, aunque no lo sabía.
Según medios locales, el canadiense de 32 años recibió cinco puñaladas durante una pelea. Desde entonces en su espalda había un molesto bulto que hacía saltar las alarmas de los detectores.
Así tres años en los que a ningún médico se le ha ocurrido hacerle una radiografía. Hasta que esta semana McNeely comenzó a rascarse y, ¡oh, sorpresa!, se topó con algo en su espalda.
Fue entonces cuando pidió ayuda a su novia. «Le dije a Billy: ‘Hay un cuchillo en tu espalda’. Tenía miedo. Estuve a punto de sacárselo con unas pinzas». Por suerte, se contuvo y fueron los médicos quienes solucionaron el problema. Ahora McNeely está estudiando si denunciar a los médicos por no encontrarlo en sus revisiones.