Al menos tres personas murieron y otras tres están desaparecidas como consecuencia del ataque masivo ruso esta madrugada contra Ucrania, en el que han resultado heridas una quincena de ciudadanos, según los balances ofrecidos por las autoridades.
Dos de las víctimas perdieron la vida en el óblast de Jmelnitski, en Ucrania occidental, según ha informado el ministro del Interior ucraniano, Igor Klimenko, en sus redes sociales. Otras tres personas están desaparecidas en la región suroriental de Zaporizhzhia, añadió Klimenko.
El tercero de los fallecidos ha perdido la vida en la misma Zaporizhzhia, según las autoridades regionales. En esa región, la represa más grande del país fue uno de los objetivos de los ataques de las tropas de Putin, lo que provocó incendios y hace temer por el enorme riesgo que conlleva la posible voladura de una estructura de este tipo para todo el territorio y las poblaciones cercanas.
Rusia atacó numerosos oblasts de Ucrania con cerca de 90 misiles y más de 60 drones kamikaze Shahed que iban dirigidos contra el sistema energético ucraniano y dejaron sin electricidad a parte de las regiones afectadas.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, lamentó las víctimas mortales del ataque y criticó la falta de sistemas de defensa aérea occidentales en Ucrania. “Es importante entender el coste de los retrasos y las decisiones aplazadas”, dijo, haciendo referencia a la lentitud en la entrega de ayuda militar por parte de sus aliados.
En un discurso ante el Consejo Europeo, Zelensky reiteró su urgente pedido de más sistemas de defensa aérea para proteger a la población civil de los ataques indiscriminados de Rusia.
Las autoridades ucranianas trabajan arduamente para restablecer el suministro de electricidad en las regiones afectadas: Kharkiv, Sumi, Zaporizhzhia, Odesa, Poltava, Dnipropetrovsk, Jmelnitski, Vínitsia e Ivano Frankivsk.
Zelensky denunció que los objetivos del ataque ruso son claros: “centrales eléctricas, líneas de suministro de energía, una planta hidroeléctrica, edificios residenciales, incluso un trolebús”, dijo, en referencia al vehículo alcanzado en la región de Dnipropetrovsk.
“Rusia está en guerra con la vida corriente de la gente”, afirmó el presidente. “Los sistemas (antiaéreos) Patriot deben proteger Kharkiv y Zaporizhzhia, se necesita defensa aérea para proteger a la gente, a las infraestructuras, las casas y las presas”.
Zelensky insistió en la necesidad de equipar al resto del país con el escudo aéreo del que ya dispone Kiev. “Los aliados saben exactamente qué se necesita y pueden ofrecernos. Estas soluciones son necesarias. La vida debe ser protegida de estos inhumanos de Moscú”, enfatizó.
Rusia admite: “Estamos en guerra”
Más de dos años después de la invasión ordenada por Putin, su vocero Dmitri Peskov dijo que los rusos “deben comprender” cuál es la verdadera situación y culpó a Occidente de haberse puesto del lado de Kiev, en declaraciones que realizó al medio Argumenti i fakti.
Según Peskov, todo comenzó como “una operación militar especial”, pero “en cuanto se reunió este grupito, cuando Occidente se inmiscuyó del lado de Ucrania, para nosotros esto se convirtió en una guerra”.
“Estoy convencido de ello. Y todos deben comprenderlo”, añadió.
El portavoz del Kremlin insistió en que Rusia continuará haciendo lo posible para lograr que el potencial bélico de Ucrania no sea una amenaza a sus ciudadanos y sus territorios, incluyendo las cuatro regiones ucranianas anexionadas en septiembre de 2022.
Rusia ha evitado por todos los medios de calificar el conflicto ucraniano de “guerra”, limitándose a llamarle “operación militar especial” pese a que no logró la esperada victoria rápida y ha visto extenderse la campaña a más de dos años y sin solución inmediata a la vista.