A contracorriente, Francia se convertirá el lunes en el primer país en proteger explícitamente la “libertad garantizada” a abortar en su Constitución, una decisión histórica vista como un mensaje al mundo tras varios reveses.
“Cuando los derechos de las mujeres son atacados en todo el mundo, Francia se levanta y ocupa su lugar en la vanguardia del progreso”, celebró el miércoles el primer ministro, Gabriel Attal, en la red social X.
Casi medio siglo después de su despenalización en Francia, existe un amplio apoyo social, pero la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos en 2022 de dejar de reconocerlo como un derecho federal activó las alarmas.
Empezó entonces un largo proceso legislativo, impulsado por la oposición de izquierda y el oficialismo, que culminará el lunes con la celebración de un Congreso extraordinario que reunirá conjuntamente a diputados y senadores.
La ilustre sala del Congreso, creada a finales del siglo XIX en el palacio de Versalles, al suroeste de París, acogerá esta consagración, que volverá “irreversible” este derecho, en palabras del presidente Emmanuel Macron.
Su inscripción necesita el apoyo de tres quintas partes de los legisladores presentes, pero esta se anuncia favorable. De los 925 diputados y senadores franceses, 760 ya dieron su visto bueno en los votos unicamerales.