Durante el tiempo de Cuaresma, los fieles católicos de Nicaragua deberán llevar a cabo sus celebraciones religiosas al interior o en los atrios de las iglesias, y no en las calles, como se hacía anteriormente, particularmente el rezo o la representación del Viacrucis, que es una tradición en las comunidades parroquiales.
Desde hace dos años, el gobierno sandinista de Daniel Ortega prohibió las procesiones religiosas fuera de los templos, incluyendo las correspondientes al tiempo de Cuaresma y Semana Santa.
De acuerdo con información de la abogada católica en el exilio, Martha Molina, 400 Viacrucis no realizarán su recorrido habitual los viernes de Cuaresma 2024, aunque algunas diócesis “recibieron un permiso ‘a medias’, de parte de las autoridades, para que las procesiones salgan únicamente en la ‘manzana’ de su templo (no más allá)”.
Según la abogada, la mayoría de los sacerdotes habrían sido visitados por policías y secretarios políticos para informarles que ellos no tenían autorizado salir de los templos, “aunque algunas de sus diócesis sí”.
Para Molina, quien es autora de los informes ‘Nicaragua: ¿una Iglesia perseguida?’, esa prohibición del gobierno proviene de “una dictadura criminal que ni en Cuaresma cesa su odio en contra de la Iglesia católica”.