En un aparente desliz, el presidente de EE UU, Joe Biden, se ha referido este lunes al inminente asalto a gran escala anunciado por Israel en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, como «nuestra operación militar en Rafah».
Este sería un lapsus en público más a sumar en una lista que en los últimos meses ha ido incrementándose y a la que no ayuda el reciente informe del fiscal especial, Robert Hur, que alude a «una memoria significativamente limitada» para no presentar cargos en su contra por la retención de documentos clasificados.
En una rueda de prensa junto al rey de Jordania, Abdalá II, tras una encuentro entre ambos mandatarios en la Casa Blanca celebrado este lunes, el presidente de Estados Unidos, se refirió a la operación militar planeada por Israel en Rafah como «nuestra operación militar», tal y como se puede ver en numerosos vídeos publicados de la rueda de prensa y
Una transcripción oficial del discurso de la Casa Blanca recogida por el medio Al Jazeera muestra que Biden aparentemente cambió su redacción a mitad de la frase: «Nuestra operación militar en Rafah, la principal operación militar en Rafah -rectificó enseguida-, no debería llevarse a cabo sin un plan creíble para garantizar la seguridad y el apoyo de más de un millón de personas que se refugian allí», dijo.
En esa misma rueda de prensa, Biden aseguró que está trabajando en un acuerdo en la Franja de Gaza para un intercambio de rehenes que conllevará un periodo de «bien común inmediato» para los palestinos. «Estados Unidos está trabajando en un acuerdo de rehenes entre Israel y Hamás, que traería un período inmediato y sostenido de bien común a Gaza durante al menos seis semanas». Esas seis semanas, según Biden, tendrían que servir para «construir algo más duradero».
Estados Unidos proporciona a Israel apoyo militar y respalda a sus aliados, pero Washington subraya que no está directamente involucrado en la guerra en Gaza.
De hecho, este lunes, NBC News ha publicado que Biden estaría harto del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a quien habría llamado hasta en tres ocasiones «gilipollas», según fuentes anónimas citadas por este medio estadounidense.
