El municipio de Tuluá, en el departamento colombiano del Valle del Cauca (suroeste), amaneció el domingo con presencia militar debido a una serie de ataques que la noche del sábado dejaron un saldo de dos personas asesinadas y ocho vehículos incendiados.
«Tengo la información de dos personas asesinadas, ocho vehículos incinerados (y) un supermercado que fue afectado la noche de ayer», aseguró el domingo a la prensa el general William Salamanca, director de la policía colombiana.
La mañana del domingo, Tuluá amaneció con 160 uniformados desplegados, después de que las autoridades decretaran la militarización de la zona y un toque de queda a partir de las 11:00pm locales.
Un reportero de la AFP en la zona constató la presencia de varios vehículos que fueron incendiados en el sector.
«El carro me lo quemaron anoche», aseguró a la AFP un poblador de Tuluá que pidió anonimato. El ataque, dijo, no estaba dirigido en su contra, sino que «fue arbitrario».
El domingo, con la presencia de los militares, el poblado se siente «más calmado, sí. Pero estamos esperando a ver qué pasa», aseguró el hombre.
Según el general Salamanca, los ataques registrados la noche del sábado responden a «una retaliación» de una banda criminal, conocida como «La inmaculada», por la captura un día antes de un presunto cabecilla de esa organización. «Lo que ocurrió anoche es una afrenta a la misma población», dijo el general.
El viernes, la policía anunció la detención de Mauricio Marín, alias «Nacho», quien «se desempeñaba como cabecilla visible» de la banda, en un sector rural de ese departamento.
Según las autoridades, alias «Nacho» estaría detrás de varios delitos como «acciones terroristas con fines de extorsión», asesinatos y el reclutamiento de menores de edad.
El domingo, el presidente de Colombia Gustavo Petro responsabilizó a «La Inmaculada» por los ataques en el municipio, a través de su cuenta en X. La organización, dijo, «ha retado a la sociedad» y agregó que «no aceptamos el chantaje».
En una rueda de prensa, el general del ejército Erik Rodríguez pidió la colaboración de la población local para «dar con la captura de estos delincuentes o prevenir los atentados que vienen haciendo en contra de la población».
«Necesitamos el apoyo de la gente. Que la gente llame, que la gente denuncie», dijo el sábado el alcalde de la localidad Gustavo Vélez, quien solicitó junto a la gobernación la militarización de Tuluá.
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