Una vez controlada la emergencia forestal, Chile enfrenta el desafío de la reconstrucción de las zonas de Valparaíso arrasadas por los incendios que dejaron 131 muertos.
Un alto número de víctimas vivían en asentamientos irregulares.
El 2 de febrero, en pleno verano austral con temperaturas cercanas a los 40°C, incendios simultáneos barrieron los cerros de Valparaíso, donde vivían miles de personas en terrenos no autorizados.
Los bomberos tardaron cinco días en controlar las quemas más mortíferas de la historia reciente en Chile. Sin un plan de reubicación, los pobladores están reinstalándose en las áreas devastadas.
Estos son algunos de los retos de la reconstrucción.
– Nuevas viviendas –
Los cerros de Viña del Mar, epicentro de la tragedia, están sobrepoblados. Por décadas, miles de personas se han alojado en casas de madera que ardieron en minutos y contribuyeron a propagar el fuego.
Los bomberos no pudieron llegar a varios puntos por la falta de vías o quedaron atascados en sus máquinas en los estrechos accesos, en cuyos márgenes quedaron hileras de vehículos chamuscados.
Para Miguel Castillo, de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile, reconstruir esos barrios sería una «irresponsabilidad».
«Se está condenando a la gente nuevamente a la muerte de aquí a un tiempo que solo la naturaleza sabrá», asegura el académico.
Pero ante la falta de alternativas para reubicar a miles de familias, sería necesario por lo menos levantar casas de hormigón o cemento y regularizar los asentamientos para dotarlos de servicios.
También – agrega el experto – construir cortafuegos y mantener limpios los matorrales.
«Aproximadamente 5.000 viviendas afectadas» eran asentamientos irregulares, señala Manuel Díaz, director de Construcción Civil de la Universidad de Las Américas de Viña del Mar.
Muchos vecinos, pobres, no tienen recursos económicos para conseguir materiales o irse a otro lugar.
Viña del Mar es la sexta ciudad con la propiedad más costosa en Latinoamérica, con 2.699 dólares por metro cuadrado, según un estudio del sitio especializado Portal Inmobiliario.
– Medidas contra incendios intencionales –
Según la Corporación Nacional Forestal (Conaf), el 99,7% de los incendios se originan intencionalmente o por imprudencia.
Durante la emergencia, hubo varios focos simultáneos, lo que incrementa la sospecha de que pudo haber manos criminales. En los últimos 20 años, se incrementaron un 23% los incendios dolosos, según cifras oficiales.
«Lo que ha señalado gente de bomberos, gente de Conaf, el gobernador, es que hay antecedentes que permiten sospechar una intencionalidad», comentó el presidente chileno Gabriel Boric.
Pese a que la ley castiga hasta con 20 años a los responsables dolosos de incendios, rara vez son capturados en flagrancia.
Para el profesor Castillo, es necesario aumentar las penas para quienes provoquen los siniestros. «Si tenemos algunos episodios con clara intencionalidad, todo el trabajo preventivo se va por tierra», afirma.
El Congreso debería igualmente retomar la discusión del proyecto de ley que prohíbe desarrollar proyectos inmobiliarios en zonas quemadas, aseguran expertos, una iniciativa presentada hace cuatro años, pero sin avances desde principios de 2023.
Se podría así «evitar que las empresas utilicen los incendios como una oportunidad para expandir sus operaciones», asegura a la AFP el profesor Díaz.
– Contra el cambio climático –
En esta parte del territorio americano, el fenómeno natural y cíclico de El Niño se ha tornado más intenso y frecuente por el calentamiento global provocado por la actividad humana, según científicos.
El Niño eleva la temperatura del océano Pacífico generando sequías o inundaciones.
Los fuertes vientos multiplicaron los focos de incendio en la emergencia chilena.
Con el cambio climático ya presente, es poco lo que se puede hacer contra las temperaturas o fuertes vientos, coinciden expertos.
«Lo importante es controlar lo que se puede quemar, hacer cortafuegos, limpiar, desmalezar, sacar la basura, que son focos principales de posibles incendios», afirma Díaz.
Castillo agrega que las autoridades ya tomaron nota de los desafíos que implica el cambio climático, pero que la clave para evitar una nueva tragedia de esta magnitud está en evitar la superpoblación.
«En los 23 cerros de Viña del Mar ya no hay más lugar, (…) no son tan grandes los incendios, el problema es la alta densidad poblacional», alerta el experto.
Según cifras del gobierno, en la región de Valparaíso, antes del incendio, ya faltaban 38.079 viviendas, la segunda cifra más alta del país.
Tras el incendio, otras 15.000 viviendas resultaron afectadas, según el balance oficial.
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