La Corte Suprema de Estados Unidos comenzó a debatir si se debe prohibir a Donald Trump presentarse a las elecciones presidenciales de noviembre.
Los nueve magistrados deben responder a una pregunta: ¿puede figurar el nombre de Trump en las papeletas de las primarias presidenciales republicanas en el estado de Colorado debido a su presunto papel en el ataque de sus partidarios al Capitolio 6 de enero de 2021?
Jonathan Mitchell, un exfiscal general de Texas que representa a Trump, abrió los 80 minutos programados de alegatos orales. Sólo el Congreso puede descalificar a un candidato, dijo.
Una veintena de manifestantes, algunos con pancartas en las que se leía «Trump es un traidor» y «Fuera Trump«, protestaron frente al tribunal.
La Corte Suprema de Colorado, citando la 14ª Enmienda de la Constitución, dictaminó en diciembre que Trump, el gran favorito para la nominación republicana de 2024, debe quedar excluido de las papeletas por este motivo.
La sección 3 de la 14ª Enmienda prohíbe a cualquier persona ocupar un cargo público si ha participado en una «insurrección o rebelión» después de haber prometido defender la Carta Magna.
La enmienda, ratificada en 1868 después de la Guerra Civil, tenía como objetivo impedir que los partidarios de la Confederación esclavista fueran elegidos para el Congreso u ocuparan cargos federales.
Trump, de 77 años, apeló a la Corte Suprema para que desestimara el fallo de Colorado y propuestas similares en otros estados para mantenerlo fuera de los comicios.
«La decisión de la Corte Suprema de Colorado es errónea y debe ser revocada por numerosas razones independientes», estimó Mitchell, quien añadió que «quitaría el voto a potencialmente decenas de millones de estadounidenses».
El tribunal de mayoría conservadora, que incluye a tres jueces nombrados por Trump, es reacio a involucrarse en temas políticos, pero este año se ve obligado a pronunciarse.
Además del caso de Colorado, el tribunal también podría aceptar a trámite una apelación de Trump contra un fallo de un tribunal inferior que afirma que como expresidente no goza de inmunidad procesal penal y puede ser juzgado por cargos de conspiración para alterar el resultado de las elecciones de 2020.
– «Atípico» –
Steven Schwinn, profesor de derecho constitucional en la Universidad de Illinois, Chicago, estima que cualquier sentencia será interpretada por parte de la población como «una interferencia en las elecciones».
«Si descalifican a Trump, los partidarios de Trump estimarán que eso interfiere en las elecciones» y en el caso contrario sus opositores opinarán lo mismo, dijo Schwinn.
Los abogados de Trump insisten en que «el pueblo estadounidense, no los tribunales ni los funcionarios electorales, debería elegir al próximo presidente de Estados Unidos«.
«Al menos 60 tribunales estatales y federales en todo el país se han negado a retirar al presidente Trump de las papeletas», afirman. «La Corte Suprema de Colorado es el único caso atípico».
Según ellos, la Sección 3 de la 14ª Enmienda sólo puede aplicarse mediante «métodos promulgados por el Congreso» y no a través de los tribunales estatales. Tampoco debería aplicarse a Trump -dicen- porque se refiere a «funcionarios de Estados Unidos«, es decir, cargos designados y no electos.
Además, insisten, el expresidente «no ‘participó’ en nada que constituya ‘insurrección'».
«No hubo ninguna ‘insurrección'», dijeron. «Los acontecimientos del 6 de enero no fueron una ‘insurrección’, ya que no implicaron un intento organizado de derrocar o resistir al gobierno de Estados Unidos».
Trump pronunció un enardecido discurso ante miles de seguidores en Washington el 6 de enero antes de que se dirigieran al Capitolio en un intento por bloquear la certificación de la victoria electoral del demócrata Joe Biden por parte del Congreso.
La Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, lo acusó de incitar a una insurrección, pero el Senado lo absolvió.
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