Las autoridades chilenas informaron este domingo que el número de muertos en los devastadores incendios que han consumido grandes sectores de viviendas en la región de Valparaíso, a 100 kilómetros al este de Santiago, aumentó a 56, aunque se espera que siga creciendo con las horas.
“Se nos ha actualizado la cantidad, lamentable, de personas fallecidas en esta emergencia por parte del Servicio Médico Legal (SML) y ha ascendido a 56″, dijo la delegada presidencial de la región, Sofía González.
Las autoridades ya la consideran la mayor emergencia natural desde el terremoto de 2010, que dejó 525 muertos y miles de heridos en el sur.
El presidente chileno, Gabriel Boric, que decretó el estado de excepción en la zona el viernes para movilizar los recursos necesarios para enfrentar la emergencia, llegó este domingo a la región para dimensionar en terreno la magnitud de la catástrofe.
La alcaldesa de Viña del Mar, una de las ciudades más afectadas por el fuego, dijo ayer que el Municipio maneja un catastro provisional de 372 personas desaparecidas, que no implica que todas ellas estén muertas, pero sí da una idea de la magnitud de la tragedia.
Según el último reporte de la Corporación Nacional Forestal, hay al menos siete incendios activos actualmente en Valparaíso, siendo el de mayor magnitud el de la Reserva Lago Peñuelas/Las Tablas, al costado de la principal autopista de la zona, que ya ha quemado cerca de 9.300 hectáreas.
Este incendio, junto al que se desarrolla en Lo Moscoso, con 1.350 hectáreas abrasadas, preocupa especialmente por su virulencia y su cercanía a zonas densamente pobladas.
El director del Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred), Álvaro Hormazábal, señaló a primera hora del domingo que las condiciones climáticas podrían mejorar levemente en las próximas horas, lo que facilitaría el combate a los incendios.
“A partir de hoy o mañana vamos a tener la vaguada costera (…) Ya podríamos tener algo de nubosidad en la costa, lo cual hace que aumente la humedad y permite bajar un poco la intensidad del fuego”, indicó Hormazábal.
Para facilitar las labores de rescate y despejar las vías de evacuación, el Gobierno chileno ordenó un toque de queda nocturno que podría extenderse también a la noche del domingo en los sectores que aún no han sido evacuados de las localidades de Quilpuéé, Villa Alemana, Limache y Viña del Mar.
El gobernador de la región, Rodrigo Mundaca, anunció en un punto de prensa tras una reunión entre las autoridades y las instituciones regionales que hay “unanimidad de criterios” en mantener la medida, aunque aún hay que definir el horario.
Mundaca reiteró además que se está investigando la posibilidad de que los fuegos hayan sido intencionados debido a que muchos surgieron de manera simultáneas.
” No sabemos si esto es una banda organizada o si son pirómanos será la justicia quien dirima aquello se están buscando a los culpables”, agregó.
Los testimonios desgarradores de víctimas que perdieron casa y familia, así como las imágenes de llamaradas cubriendo colinas pobladas en Viña del Mar, región de Valparaíso, llevaron al papa Francisco a referirse a esta catástrofe chilena.
Asomado a la ventana del palacio apostólico, el pontífice pidió rezar “por los muertos y heridos en los devastadores incendios en Chile”, tras el ángelus dominical en la plaza de San Pedro.
Los incendios forestales empezaron a mediados de la semana pasada en el centro y al sur del país, al mismo tiempo que llegó una inédita ola de calor extremo.
Varios de estos incendios se reactivaron de manera muy agresiva y rápida el viernes en la tarde, amenazando a miles de personas que viven en cerros áridos en la región de Valparaíso.
Aunque Chile ha vivido uno de los inviernos más lluviosos de los últimos 15 años, los especialistas llevan meses alertando de que la sequía no se ha erradicado y de que existe una gran probabilidad de que se desarrolle vegetación fina y muerta en la zona centro-sur de fácil combustión, a lo que se suma el impacto de un modelo forestal basado en el monocultivo de pino y eucalipto.