Más de 2.300 personas fueron asesinadas, heridas o secuestradas en Haití entre octubre y diciembre del año pasado, un incremento de casi el 10% en comparación con el trimestre previo, según un nuevo informe de Naciones Unidas dado a conocer el jueves.
Tan sólo el número de homicidios superó los 1.600 durante el periodo. Las autoridades atribuyen la cifra al vacío que se creó por la muerte de un poderoso líder pandillero conocido como Andrice Isca, lo que desató disputas territoriales en el barrio Cité Soleil de Puerto Príncipe, en las cuales casi 270 personas murieron o resultaron heridas en un lapso de dos semanas a finales de noviembre. Isca también ha sido identificado como Iskar Andrice o Iscar Andris.
Las autoridades señalaron que las disputas ocurrieron dentro de una poderosa federación de pandillas conocida como G-9 Familia y Aliados, que también lanzó ataques contra una coalición rival de nombre G-Pep.
“Además de la pérdida de vidas humanas, el saldo humanitario de los enfrentamientos fue desastroso: más de 1.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares y resguardarse en zonas cercanas”, se aseguró en el informe de la Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití, conocida como BINUH.