Cortadores “chapines”, la solución para enfrentar escasez de hondureños en fincas del municipio de Tambla, Lempira, a consecuencia del fenómeno migratorio que ha dejado plantaciones de café desalojadas.
“Aquí en Honduras nos va mejor, aquí nos pagan y nos dan la comida, allá sólo nos pagan 50 quetzales al día y tenemos que comprar la comida”, dijo un guatemalteco.
Entre tanto, caficultores lamentan que la mano de obra hondureña esté perdiendo su vida en busca del sueño americano. “Varios de aquí que se han ido han muerto ahogados en el río Bravo, duele porque uno los conoce”, dijo un caficultor.