Muy sonriente y saludando con la mano a los ciudadanos que le esperaban a las puertas del hospital privado London Clinic, las buenas noticias continúan para la familia real británica. El rey Carlos III, acompañado de la reina Camila, que ha hecho un auténtico maratón de visitas en estos días, ha abandonado el hospital tras su intervención.
Así, el monarca regresa al palacio de Buckingham tras su operación de próstata. Un problema de salud por el que tuvo que ingresar en el mencionado hospital el pasado viernes, y donde coincidía con su nuera Kate Middleton. La princesa de Gales también ha recibido su alta hospitalaria hoy, aunque en su caso ha abandonado el hospital de una forma totalmente discreta.
Ahora ya ha llegado el final de estos intensos días de preocupaciones médicas para los Windsor con el mensaje sobre la salud del rey británico. Tras el comunicado de Kensington Palace donde se podía leer que «la Princesa de Gales ha vuelto a su casa de Windsor para continuar con la recuperación de su operación. Su evolución es favorable.
El Príncipe y la Princesa quieren dar las gracias a todo el equipo de la London Clinic, especialmente al equipo de enfermeros, por su dedicación y sus cuidados». Añadiendo que «la familia Gales se encuentra agradecida por los buenos deseos que ha recibido desde todas las partes del mundo».
Seguidamente, se ha emitido un comunicado en el que se explicaba que «el Rey ha sido dado de alta esta tarde del hospital tras el tratamiento médico previsto y ha reprogramado sus próximos compromisos públicos para permitir un periodo de recuperación privada».
«Su Majestad desea agradecer al equipo médico y a todos los que apoyaron su visita al hospital, y agradece todos los amables mensajes que ha recibido en los últimos días», terminaba el escrito.
Unas palabras con las que mantienen la tónica habitual para comunicar los pasos más relevantes de estos días, pero donde ha vuelto a sobresalir la diferencia en el tratamiento de los problemas médicos del rey Carlos III y los de la princesa de Gales.
Así, el hijo de Isabel II ha salido por su propio pie, acompañado de su mujer, la reina Camila, y saludando a periodistas, fotógrafos y ciudadanos que esperaban su alta médica.
Carlos de Inglaterra, de traje gris, con un abrigo azul marino cruzado y la elegancia ‘british’ que siempre le caracteriza, y Camila con un vestido midi azul y abrigo capa en azul marino. Los reyes británicos hasta han coordinado sus estilismos para esta peculiar cita donde sabían que todos los ojos estarían puestos en ellos.
No solo por la propia salud del monarca, sino por la expectación que genera el hermetismo en torno al ingreso de su nuera.
Respecto a la operación de próstata que ha tenido tres días ingresado al rey Carlos III, todo ha transcurrido con la mayor de las normalidades. Aunque, tal y como reza el comunicado oficial de la Casa Windsor, aún queden unos días para que el rey se incorpore totalmente a sus actividades públicas.