La Corte Internacional de Justicia (CIJ), el máximo tribunal de Naciones Unidas con sede en La Haya, ha pedido a Israel que tome medidas para limitar las muertes y el sufrimiento de los palestinos, y evitar “actos de genocidio” en la guerra que está librando en Gaza, en respuesta a las medidas cautelares solicitadas por Sudáfrica, que presentó una demanda contra ese país por lo que calificó de “patrón de conducta de intención genocida” en su ofensiva contra la Franja de Gaza.
La decisión ha sido tomada por 15 votos a favor y dos en contra, de los 17 jueces encargados de la demanda presentada por Sudáfrica a finales de diciembre, en la que alega violaciones de la Convención sobre el Genocidio por parte de Israel contra los palestinos.
La presidenta de la CIJ, Joan Donoghue, ha dicho en la apertura de la sesión de este viernes que el tribunal “está preocupado por la pérdida de vidas [humanas] y el sufrimiento en Gaza” y ha señalado que la ofensiva Israelí “ha causado muertes, una gran destrucción y el desplazamiento masivo” de los habitantes de la Franja, basándose en las declaraciones de varios altos representantes de la ONU, incluido el comisionado general de la Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini.
Ante todo, la CIJ ha dictaminado que tiene jurisdicción para juzgar este caso y, además, que los palestinos de Gaza representan un grupo que tiene derecho a ser protegido ante un posible genocidio. Para evitar que eso ocurra, el tribunal ha emitido una serie de “órdenes de emergencia” para proteger a los gazatíes, pero no ha ordenado un alto el fuego en la Franja. Ha pedido a Israel “tomar todas las medidas que están en su poder para evitar actos de genocidio”, así como “evitar asesinar a miembros del grupo protegido”; también “medidas efectivas para evitar la destrucción y preservar las evidencias de los actos” que pueden ser considerados crímenes de genocidio y castigar la incitación a cometer un genocidio en Gaza.
De cara a la desesperada situación humanitaria, el tribunal exige adoptar “medidas inmediatas y efectivas” para que la ayuda humanitaria llegue a los gazatíes.
La CIJ también pide al grupo palestino Hamás que libere a todos los rehenes israelíes que están cautivos en Gaza desde hace más de tres meses.
Israel no cumplirá las órdenes
El Gobierno israelí adelantó ayer que no tiene intención de respetar las medidas cautelares y declarar un alto el fuego en Gaza, porque “no tiene fundamento”, afirmó su portavoz, Eylon Levy. También se mostró confiado en que la CIJ fallaría a favor de Israel: “Esperamos que la CIJ desestime estas acusaciones espurias y engañosas”. Las decisiones del máximo tribunal de Naciones Unidas son vinculantes y no pueden ser apeladas, pero de facto no dispone de ninguna forma para imponer sus decisiones y que estas se apliquen.
Por su parte, el grupo islamista Hamás afirmó anoche que acataría la decisión de la CIJ si Israel también lo hacía y si cumplía con el alto el fuego que se esperaba que ordenara el tribunal. También aseguró que pondría en libertad a los rehenes que secuestró el día 7 de octubre y que siguen en sus manos y de otras milicias palestinas, si Israel excarcela a los presos palestinos que están recluidos en ese país.
Precisamente, la defensa que Israel presentó ante la CIJ el pasado día 12 se basa en los ataques de Hamás del 7 de octubre, que dejaron cerca de 1.200 muertos, buena parte de ellos residentes de las comunidades judías cercanas a la Franja de Gaza. Esos ataques no forman parte central de la acusación sudafricana e Israel alega que es el elemento clave que justifica su derecho a la legítima defensa. Aún así, ante la posibilidad de que el tribunal emitiera una decisión en su contra, Israel –por primera vez en su historia– ha decidido defenderse y, de esta forma, reconocer la legitimidad de la CIJ.