Por: Dylan Gonzalez
El jueves 1 de febrero tendrá lugar un histórico partido publicitado como The Last Dance porque Arabia Saudita se mantiene expectante para lo que puede ser el último enfrentamiento entre Cristiano Ronaldo y Lionel Messi en el fútbol profesional. Al Nassr ya inició su preparación para el duelo contra Inter Miami en Riad, pero el físico del Bicho es la máxima incógnita para ese día: una lesión suya obligó a suspender una gira de amistosos que iba a tener lugar en China y generó un escándalo de proporciones mayores.
Todo comenzó en las primeras horas de este martes, después de que el plantel había recalado al país asiático para afrontar dos encuentros preparatorios contra Shanghái Shenhua y Zhejiang en el Shenzhen City Stadium. A poco menos de 24 horas para el duelo contra el ex equipo de Carlos Tevez, la organización comunicó la postergación de estos compromisos, según comunicó la cuenta @TheNassrZone, especializada en la información del vigente subcampeón saudí: “Lamento mucho informarles que el Al Nassr Winter Tour será aplazado por problemas físicos de Cristiano Ronaldo”.
El portugués de 38 años iba a ser homenajeado en el transcurso del partido por parte de los fanáticos en las gradas, quienes iban a encontrar en cada butaca una pancarta para elevar encima de sus hombros con el histórico número “7″ del futbolista y su apellido depositado en la parte superior de la tela. Además, estaba preparada una ovación a los siete minutos del primer y segundo tiempo. Sin embargo, distintos portales como AS y TUDN habían arrojado dudas por su estado en base a una información proveniente del medio Arabic Sports porque no aparecía en los videos de los entrenamientos sumado a ser visto con un vendaje en una pantorilla y la confirmación de esta situación caldeó los ánimos entre los hinchas, ya que varios habían llegado exclusivamente a la ciudad para esta cita.
Los videos reflejados en redes sociales muestran un conjunto de simpatizantes realizando una vigilia en torno al hotel donde se hospeda el plantel desde su llegada al territorio. Más de un centenar de personas se agolparon en las puertas del establecimiento para intentar, al menos, llevarse algún autógrafo o foto con su ídolo. Un empleado quedó arrinconado por ellos, mientras buscaba apaciguar los ánimos sin éxito. La tensa calma fue escalando con el paso de los minutos hasta el punto de que la Policía limitó el sector del reclamo, aunque no los pudieron contener cuando ingresaron al hall central.
El jugador portugués lamentó la suspensión, que traerá aparejado el reembolso de las entradas a los compradores, y reconoció sus molestias: “Quiero pedir disculpas a los aficionados chinos. Sé que todos deben estar tristes porque yo también lo estoy. En el fútbol hay cosas que no se pueden controlar, y además soy un jugador que no me lesiono mucho, aunque llevo 22 años jugando”.