Una nueva investigación ha puesto de cabeza toda la nuestra comprensión previa de la evolución de las ballenas barbadas, que encarnan el extremo superior de la evolución del tamaño corporal.
Estudios anteriores han atribuido este patrón a dos procesos separados, a saber, la desaparición repentina de la mayoría de los misticetos pequeños alrededor y la evolución del gigantismo en sí.
El origen de su gran tamaño sigue siendo debatido y algunos estudios proponen un cambio abrupto hacia un tamaño más grande que coincidió con la extinción de especies más pequeñas en el Plioceno y fue impulsado por patrones estacionales localizados, mientras que otros abogan por cambios de tasa evolutiva anteriores y/o un aumento más gradual en el tamaño corporal máximo a lo largo del tiempo.
El artículo publicado el mes pasado en la revista Actas de la Royal Society, como paleontólogos del Instituto de Investigación de Museos Victoria y de la Universidad de Monash y del Museo de Historia Natural de Londres, ha dado vuelta el conocimiento existente hasta hoy.
Hasta ahora, se creía que el comienzo de la Edad del Hielo en el hemisferio norte, hace unos 3 millones de años, impulsó la evolución de ballenas barbadas verdaderamente gigantescas. Los nuevos hallazgos revelan que, de hecho, este salto evolutivo de tamaño ocurrió ya hace 20 millones de años y en el polo opuesto, en el hemisferio sur.
El principal descubrimiento provino de la investigación de un fósil que se conserva en la colección del Museo Victoria: el extremo frontal de la mandíbula inferior de una ballena inusualmente grande y antigua de entre 21 y 16 millones de años.
El fósil fue recuperado de un acantilado en la orilla del río Murray en el sur de Australia en 1921, pero en gran medida pasó desapercibido en la colección hasta que Fitzgerald se dio cuenta de su importancia hace aproximadamente una década como la ballena barbada más grande que se sabe que estaba viva en ese momento.
En el artículo, trabajando con un equipo de Australia y Nueva Zelanda, muestran ahora cómo las ballenas evolucionaron hasta alcanzar tamaños gigantescos primero en el hemisferio sur, no en el norte, y han tenido tamaños corporales más grandes en el sur durante toda su historia evolutiva, unos 20 a 30 millones de años.
Los nuevos hallazgos subrayan la importancia vital del registro fósil australiano y del hemisferio sur en general para reconstruir el panorama global de la evolución de las ballenas. La hipótesis dominante anterior se basaba en fósiles encontrados principalmente en el hemisferio norte, pero el de la ballena del río Murray altera esa teoría.
El hemisferio sur, y Australia en particular, siempre han sido fronteras pasadas por alto para el descubrimiento de fósiles de ballenas. Los hallazgos de fósiles de ballenas en el Sur, como la ballena del río Murray, están revolucionando la evolución de las ballenas hacia una imagen más precisa y verdaderamente global de lo que estaba sucediendo en los océanos hace mucho tiempo.
La punta de la mandíbula de la ballena barbada es escalable con el tamaño del cuerpo. Calcularon que su longitud rondaba los 9 metros. Las ballenas más grandes que existen hoy en día, como la azul, alcanzan la longitud de una cancha de básquet. Hace unos 19 millones de años, la ballena del río Murray, con 9 metros de largo, ya tenía un tercio de esta longitud. Así pues, las ballenas barbadas estaban en camino de evolucionar hasta convertirse en gigantes oceánicos.
Factores como la gran congelación de la Antártida, los cambios en las corrientes oceánicas y la explosión de biomasa de plancton impulsaron la evolución de ballenas colosales en el sur mucho antes de que alcanzaran su enorme tamaño en el hemisferio norte.
Hogar de la colección más grande de especímenes de fósiles de ballenas de Australia, el Instituto de Investigación de los Museos Victoria está a la vanguardia de la investigación sobre la evolución de las ballenas y ya hay planes en marcha para investigar otros elementos fósiles de la colección. Un proyecto emblemático en curso, Raising Leviathan, se centra en la evolución de las ballenas e incluye planes para involucrar a la comunidad local de científicos ciudadanos en la extracción del fósil más grande jamás encontrado en Melbourne, una especie de ballena aún no identificada, ubicada en Beaumaris.
El Museo de Melbourne, el único lugar en Australia que presenta la historia general de la evolución de las ballenas, alberga un esqueleto articulado de una ballena azul, una especie de ballena barbada y la especie de animal más grande que jamás haya existido.
*La información contenida en este artículo periodístico se desprende de la investigación denominada “Ballenas barbadas gigantes emergieron de una fría cuna austral”, publicada en la revista Actas de la Royal Society, de la que son autores: James P. Rule, Erich M.G. Fitzgerald, Ruairidh J. Duncan, Felix G. Marx, Tahlia I. Pollock y Alistair R. Evans.