El francés Mike Maignan, portero del Milan, se marchó este sábado a los vestuarios a la media hora de encuentro ante el Udinese por los insultos racistas procedentes desde la grada del estadio local, pero volvió cuatro minutos después con sus compañeros para reanudar el encuentro de la Serie A.
Avisó en varias ocasiones
El meta, de 28 años, avisó al árbitro, Fabio Maresca, durante la primera hora en varias ocasiones de que estaba recibiendo dichos insultos hasta que se hartó de la situación. Maignan se marchó al vestuario y el resto de sus compañeros le siguió.
Cuatro minutos después, en el 38 de la primera mitad, con 0-1 en el marcador en favor de los ‘rossoneri’ y algunos de los jugadores del Udinese pidiendo explicaciones a su propia afición, Maignan y el resto de sus compañeros volvieron al campo y el colegiado reanudó el encuentro.
El árbitro avisó de que, en caso de nuevos insultos racistas, el partido sería suspendido definitivamente. A los pocos segundos de la reanudación, el Udinese empató el duelo.