Donald Trump pidió a sus simpatizantes que soporten las gélidas temperaturas y le den una victoria decisiva en las asambleas partidistas de este lunes en Iowa, diciendo que su voto ayudaría a llevar a Washington las represalias que ha prometido repetidamente en caso de volver a la Casa Blanca.
El expresidente ha puesto por las nubes las expectativas de su propia actuación en la primera contienda de la carrera por la candidatura presidencial republicana. Pasó la víspera intentando asegurarse de cumplirlas. Sus principales rivales también pasaron el domingo en Iowa, haciendo llamamientos de última hora a los ciudadanos del estado dispuestos a escucharlos.
En un mitin en Indianola, Trump dijo que sus partidarios podrían luchar contra sus enemigos políticos, afirmando que las cuatro acusaciones que enfrenta fueron por motivos políticos, y renovando sus falsas afirmaciones sobre las elecciones de 2020 que perdió ante el demócrata Joe Biden.
Muchos en la multitud llevaban gorras blancas y doradas que los identificaban como capitanes de caucus de Trump que ayudarán a reunir apoyo a su favor el lunes por la noche.
“Estos caucus son su oportunidad de apuntarse una victoria definitiva sobre todos los mentirosos, tramposos, matones, pervertidos, fraudes, ladrones, bichos raros y demás gente bastante agradable”, dijo Trump al público. “El pantano de Washington ha hecho todo lo posible para silenciarlos. Pero mañana es su momento de enfrentarlos y decir lo que piensan y votar”.
Más de 30 minutos antes de que se abrieran las puertas del evento de Trump en Simpson College, Marc Smiarowski dijo que eso es precisamente lo que tenía planeado.
“Estoy aquí en parte por despecho”, dijo el trabajador de servicios públicos de 44 años, quien condujo unos 65 kilómetros (40 millas) desde Huneston para ver a Trump. “No lo puedo abandonar. Después de lo que le hicieron en las últimas elecciones, y la persecusión política que enfrenta, siento que le debo esto. Es nuestra única opción”.
Smiarowski era uno de los cerca de 100 asistentes que se presentaron a pesar de que el termómetro llegó a los -28 Celsius (-18 Fahrenheit). Fue un ensayo para la asamblea del lunes por la noche, y para la devoción que Trump dijo la semana pasada que haría que sus simpatizantes “caminaran sobre vidrios” por él.
El domingo fue aún más lejos, insinuando que votar por él sería algo por lo que vale la pena morir.
“No pueden quedarse en casa”, dijo. “Si estás enfermo como un perro, dices, ‘querida, tengo que hacerlo’. Incluso si votas y después te mueres, vale la pena”.