Panamá realizó la primera inspección a la planta de la mina de cobre de la canadiense First Quantum Minerals como parte del proceso para su cierre definitivo, después de que se viera obligada a cesar operaciones tras un fallo de la justicia y masivas protestas en contra.
El gobierno del presidente panameño, Laurentino Cortizo, que debió acatar un fallo del 28 de novimbre que declaró inconstitucional el polémico contrato de concesión y operación que firmó con la subsidiaria canadiense tras protestas multitudinarias, ha prometido impulsar un cierre ordenado y seguro de la mina.
Es apenas el inicio de un proceso que, según expertos, podría tomar varios años debido al cuidado y mantenimiento que debe dársele al proyecto e infraestructura montada para evitar daños medioambientales.
El cierre de la mina implicó el cese de miles de trabajadores en una actividad que, según la empresa, contaba con más de 7.300 colaboradores y aportó el 4,8% del Producto Interno Bruto panameño sólo en 2021. La empresa de capital canadiense, que se hizo con el proyecto desde 2013, ha dicho que buscará defender su inversión, que estima en más 10.000 millones de dólares, en instancias arbitrales internacionales.
Miembros de la Comisión Fiscalizadora Intergubernamental, integrada por ministros de Estado y otros funcionarios, inspeccionaron en campo la gigantesca planta, el enorme tajo a cielo abierto donde se extraía el metal, la zona de molienda, almacenamiento del concentrado que quedó tras el cese y el puerto.
El gobierno también llevó a miembros de la sociedad civil y ambientalistas a la visita en Donoso, en la norteña provincia de Colón.
“Han visto las circunstancias en que se encuentra el proyecto en estos momentos y lo que quisiera resaltar es que está abierto a las interrogantes… Y que se puedan ir aclarando muchas de estas dudas que tenemos” del plan de cierre, dijo a los periodistas el ministro de Comercio e Industrias, Jorge Rivera Staff.
En la mina se mantiene trabajando aún un grupo en labores de cuidado y mantenimiento de la zona.
Las autoridades han dicho que no sólo se trata de desmontar la enorme infraestructura o maquinaria que se utilizaba para la molienda del metal, sino que debe prestársele sumo cuidado al tajo o hueco donde se extraía el metal por estar en un área donde se genera alta cantidad de lluvias.
Igual cuidado, señalan, debe dársele a las llamadas tinas de relave donde va a parar el agua que se utiliza en el procesamiento con sus componentes físicos y químicos.
“El proyecto no se puede cerrar de la noche a la mañana. Una mina no se cierra poniendo un candado”, ha dicho antes el titular de Comercio e Industrias.
Cobre Panamá, la subsidiaria de la minera canadiense, ha dicho que la planificación y preparación de las medidas de estabilidad ambiental e integridad de los activos requeridas tras el cese de operaciones es un proceso que normalmente se lleva a cabo durante varios años.
“Un cese abrupto de operaciones antes del fin de la vida útil de la mina es inusual, por lo que se requieren pasos adicionales de planificación y preparación a considerar y realizar”, indicó el miércoles en un comunicado.
Dijo que a pedido del gobierno presentará el 16 de enero un plan preliminar de “preservación y manejo seguro” con miras al cierre definitivo.
La semana pasada, autoridades del Ministerio Público realizaron un recorrido en la mina como parte de unas investigaciones que adelantan ante denuncias de posibles delitos ambientales.