El máximo tribunal de la ONU celebra una audiencia sobre la necesidad de emitir medidas cautelares contra Israel, después de que Sudáfrica lo acusara de protagonizar “actos genocidas” contra el pueblo palestino en Gaza.
Las acciones del Ejército israelí en la Franja van más allá del derecho a la defensa propia, y pretender destruir en parte al pueblo palestino con sus ataques, aseguró Sudáfrica. Como ejemplos, señaló el elevado número de muertos en Gaza desde el 7 de octubre (ya van más 23.000 civiles asesinados por los bombardeos, según Hamás), los ataques a los hospitales, y sobre todo las amenazas de ministros y políticos israelíes de hacer que la Franja sea “inhabitable” y de buscar la “expulsión de todos los palestinos de Gaza” permitir que allí vivan colonos judíos.
En su acusación, Sudáfrica reconoce el «peso particular de la responsabilidad» de acusar a Israel de genocidio y condena «inequívocamente» los ataques de Hamás que desencadenaron la guerra en Gaza.
Pero al mismo tiempo, en un documento de 84 páginas, el gobierno de Pretoria afirma que los bombardeos y las operaciones terrestres de Israel tienen «la intención específica (…) de destruir a los palestinos de Gaza como parte del grupo nacional, racial y étnico más amplio de los palestinos».
El presidente israelí, Isaac Herzog, arremetió contra estas acusaciones, que refutará en La Haya Aharon Barak, expresidente de la Corte Suprema del país.
«No hay nada más atroz y absurdo que esta afirmación», expresó Herzog. «Estaremos en la Corte Internacional de Justicia y presentaremos con orgullo nuestro caso de legítima defensa (…) acorde al derecho internacional humanitario», afirmó.
Según el presidente, el ejército israelí está «haciendo todo lo posible en circunstancias extremadamente complicadas sobre el terreno para asegurar que no haya consecuencias no deseadas ni víctimas civiles.»
Estas actuaciones violan la Convención contra el Genocidio, firmada en 1948 por países como Israel y Sudáfrica. El gobierno israelí se defenderá mañana ante el tribunal. Invocará el derecho a la legítima defensa y pondrá toda la responsabilidad de la tragedia humanitaria en Gaza en manos del grupo islamista Hamás, que atacó Israel el 7 de octubre.
Este tribunal resuelve disputas entre Estados y sus sentencias son legalmente vinculantes, pero al no tener herramientas para imponer sus fallos, Israel podría ignorar las órdenes de la CIJ. No sería la primera vez, ya lo hizo Rusia en 2022, cuando esta Corte le ordenó suspender inmediatamente su invasión a Ucrania. Por tanto, la decisión es más de carácter simbólico.
Como se trata de un procedimiento de urgencia, la CIJ podría pronunciarse en cuestión de semanas.