El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, pidió el martes al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, que evite infligir más daños a los civiles en Gaza, informó el Departamento de Estado.
«El secretario reafirmó nuestro apoyo al derecho de Israel a impedir que se repitan los ataques terroristas del 7 de octubre y subrayó la importancia de evitar más daños a los civiles (…) en Gaza», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
Blinken, se reúne este día con dirigentes israelíes buscando evitar una propagación regional de la guerra que desde octubre enfrenta a Israel y al movimiento islamista palestino Hamás en Gaza, escenario de continuos bombardeos israelíes.
Jan Yunis y Rafah, las mayores ciudades del sur del asediado territorio palestino, volvieron a ser blanco de intensos bombardeos en la madrugada, según un periodista de la AFP. Ambas localidades acogen a miles de desplazados internos desde que comenzó la guerra el 7 de octubre.
El ejército israelí anunció que sus tropas mataron a 40 combatientes islamistas en las últimas 24 horas, en el marco de «operaciones terrestres ampliadas que incluyen ataques aéreos» en Jan Yunis. También se incautaron todo tipo de armas, precisó.
La guerra entre Israel y Hamás se desencadenó tras un inédito ataque del grupo islamista en el sur del Estado hebreo, que dejó cerca de 1.140 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en cifras israelíes. Los combatientes también secuestraron a unas 250 personas, de las cuales más de 100 siguen retenidas en Gaza, según las autoridades israelíes.
En respuesta, Israel prometió «aniquilar» a Hamás, que gobierna Gaza desde 2007, y lanzó una ofensiva militar terrestre y aérea contra el territorio palestino.
El grupo islamista, catalogado de organización terrorista por Estados Unidos, Israel y la Unión Europea, afirma que más de 23.210 personas murieron hasta ahora en los bombardeos israelíes, en su mayoría mujeres y menores.
– «Oportunidades reales» de integración –
Desde Doha, el dirigente de Hamás, Ismail Haniyeh, hizo un llamado a los países musulmanes para que enviaran «armas» a Gaza como muestra de apoyo. Esta no es «sólo la batalla del pueblo palestino», justificó.
Desde el comienzo de la guerra se han recrudecido los temores a una propagación del conflicto, con ataques lanzados por otros enemigos de Israel en la región, reunidos en una alianza informal que incluye a grupos proiraníes de Siria, Irak, Líbano y Yemen.
El movimiento chiita libanés Hezbolá afirmó el martes haber atacado un centro de mando militar en el norte de Israel, en respuesta a las muertes del numero dos de Hamás el 2 de enero y de un alto cargo de su formación el lunes.
Blinken llegó a Israel en ese contexto y tiene previsto reunirse con el primer ministro Benjamin Netanyahu y con miembros del gabinete de guerra, incluido el líder opositor Benny Gantz. Es la cuarta vez que visita Medio Oriente desde que comenzó el conflicto.
Tras una cita con el presidente israelí, Isaac Herzog, el secretario de Estado resaltó el momento difícil» que atraviesa Israel, pero afirmó que el país tiene «oportunidades reales» de integración con sus vecinos árabes.
«Creo que hay oportunidades reales, pero tenemos que superar este momento tan difícil», aseguró tras un encuentro con el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Israel Katz, en la última etapa de una gira que le ha llevado entre otros a Catar y Arabia Saudita.
Estados Unidos negoció acuerdos de normalización con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y otros estados. Pero las negociaciones quedaron paralizadas tras el estallido del conflicto.
– «Todos en Gaza están pasando hambre» –
El lunes, sonaron sirenas de alerta en el centro y sur de Israel, y en la frontera con Líbano, escenario de tiroteos diarios entre Hezbolá y el ejército israelí desde el 8 de octubre.
El movimiento chiita libanés anunció ese día la muerte de Wisam Tawil, uno de sus «comandantes», en un bombardeo israelí.
El 2 de enero, otro bombardeo atribuido a Israel mató al número dos de Hamás, Saleh Al Aruri, en un suburbio del sur de Beirut. Y el lunes Hasan Akasha, otra figura clave del grupo palestino, murió en Siria.
En Gaza, los continuos bombardeos israelíes desplazaron a un 85% de la población y provocaron una crisis humanitaria catastrófica, según la ONU.
La ayuda humanitaria entra a cuentagotas en el pequeño enclave palestino, donde el asedio impuesto por Israel impide la entrada de agua, comida, medicamentos y combustible.
El grupo israelí de derechos humanos B’Tselem denunció que «todos en Gaza están pasando hambre» como «resultado directo de la política declarada de Israel».
Washington informó que Blinken presionará a Israel para que respete el derecho internacional y pedirá «medidas inmediatas» para que entre más ayuda a Gaza.
El presidente estadounidense, Joe Biden, declaró el lunes que había estado trabajando «discretamente» con Israel «para que reduzca considerablemente [su presencia] y salga de Gaza».
El ejército israelí anunció una nueva fase de su guerra en Gaza. El portavoz del cuerpo armado, Daniel Hagari, indicó al diario estadounidense New York Times que implicaría menos bombardeos y una reducción de los efectivos militares a partir de enero.
Al menos 185 soldados israelíes murieron en Gaza desde el inicio de la guerra, anunció el ejército el martes.
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