La próxima tormenta invernal ya está moviéndose y se espera que traiga consigo fuertes nevadas, ventiscas, vientos huracanados, posibles tornados y graves inundaciones a medida que se vaya abriendo paso desde el suroeste hasta el noreste de Estados Unidos hasta mediados de semana.
La primera gran tormenta invernal de la temporada sigue dejando nieve. Dejó más de 30 cm de nieve en el noreste y trajo lluvia, nieve, hielo –e incluso el primer tornado del año– a medida que avanzaba desde la costa del Golfo de México hasta Maine.
Una vez que este sistema finalizó en gran parte el domingo, la atención se centra en el siguiente. Se espera que se fortalezca rápidamente y se convierta en una tormenta de enero excepcionalmente potente y que produzca impactos significativos y generalizados al este de las Rocosas a partir del lunes.
Más de 10 millones de personas están bajo alerta meteorológica invernal desde California hasta Illinois. Millones más se verán afectados por las amenazas de la tormenta en su parte cálida.
Aunque se tratará de un sistema de desplazamiento rápido, que recorrerá más de 2.800 kilómetros en 72 horas, producirá nevadas notables en más de media docena de estados.
Se esperan acumulaciones de nieve generalizadas de al menos 15 cm desde el norte de Nuevo México hasta la Península Superior de Michigan.
La nieve intensa y los fuertes vientos crearán condiciones de ventisca este domingo cuando la tormenta salga de Arizona y se dirija a la región del panhandle de Texas (el extremo norte del estado) y Oklahoma la noche de este domingo. La mañana de este domingo ya se habían emitido avisos de ventisca en Colorado y Nuevo México.