La vicepresidenta de Nicaragua y esposa del presidente Daniel Ortega, Rosario Murillo, leyó este jueves un poema según el cual es «falso que hay persecución religiosa», durante su alocución habitual transmitida en medios oficialistas días después de la detención de sacerdotes católicos nicaragüenses.
«Falso que hay persecución religiosa. Si arrestan a un cura, por algo será. Eso no es persecución religiosa. Por siglos y por las arcas abiertas se han creído sobre las leyes y algunos jerarcas hasta por encima del rey de reyes», dijo Murillo, al leer el texto.
La vicepresidenta explicó que leía «un poema del escritor, hermano Edwin Moncada» porque «es importante saber» cómo se comparten «pensamientos, reflexiones, verdades verdaderas».
Murillo agregó en su lectura que si hay sacerdotes detenidos en España, Estados Unidos o Chile «nadie se asombra». «Ah, pero si es en Nicaragua se rasgan las vestiduras, siempre sucede así», destacó.
El pasado lunes, tras el tradicional rezo del Ángelus en la plaza de San Pedro del Vaticano, el papa Francisco dijo que sigue «con profunda preocupación lo que está sucediendo en Nicaragua, donde obispos y sacerdotes han sido privados de su libertad».
Medios de prensa y activistas nicaragüenses en el exilio denunciaron una ola de detenciones de sacerdotes en Nicaragua, con al menos 14 clérigos y tres seminaristas arrestados desde las fiestas de Navidad.
Murillo no se refirió explícitamente a esa denuncia, pero estos días ha criticado a religiosos que «siembran el odio» y apoyan el «terrorismo» en el país.
La relación entre la Iglesia y el gobierno se deterioró después de que Ortega y Murillo acusaron a sacerdotes de apoyar las protestas antigubernamentales de 2018, que consideraron un intento de golpe de Estado promovido por Washington y que se saldaron, según la ONU, con más de 300 muertos.
Entre los detenidos, según las denuncias, figura el obispo Isidoro Mora, por lo que ahora suman dos los prelados detenidos. Monseñor Rolando Álvarez, está detenido en agosto de 2022 y fue condenado a 26 años de prisión en febrero del año pasado.
Álvarez no figuró entre otros 12 sacerdotes excarcelados y enviados a Roma tras un acuerdo del gobierno y el Vaticano en octubre de 2023.
El martes, el gobierno nicaragüense aseguró que realizó una revisión médica a monseñor Álvarez y dijo que se encuentra «bien» de salud.
Ese mismo día, Estados Unidos pidió al gobierno de Nicaragua la liberación del obispo.