Las partes implicadas en el conflicto armado de Yemen se comprometieron a adoptar medidas que conduzcan a un alto el fuego en todo el país, anunció este sábado el enviado especial de la ONU para Yemen, Hans Grundberg.
Además, aceptaron la apertura de un proceso de paz que permita poner fin a la guerra, que comenzó hace una década.
Grundberg acogió con «satisfacción el compromiso de las partes con una serie de medidas para aplicar un alto el fuego en todo el país, mejorar las condiciones de vida en Yemen e iniciar los preparativos para reanudar un proceso político inclusivo bajo los auspicios de la ONU«. El enviado especial también anunció el diseño de una hoja de ruta que incluya estos compromisos y apoye su aplicación.
Dicha hoja de ruta, alcanzada tras una serie de reuniones en Arabia Saudita y Omán, contempla el compromiso de las partes a implementar un alto al fuego (sin detallar su duración), «pagar todos los salarios del sector público, reanudar las exportaciones de petróleo y abrir las carreteras en Taiz y otras partes de Yemen”. El conflicto ha causado cientos de miles de muertos y una de las peores crisis humanitarias del mundo.
Compromiso ante el pueblo
Otro de los puntos insta a los implicados, el Gobierno reconocido internacionalmente y los rebeldes hutíes, a «seguir suavizando las restricciones en el aeropuerto de Saná y en el puerto de Al Hodeida, en el mar Rojo, controlado por los insurgentes chiíes.
«Los yemeníes esperan resultados tangibles de este nuevo acuerdo para avanzar hacia una paz duradera”, declaró Grundberg, añadiendo que los compromisos «son ante todo una obligación para con el pueblo yemení».
Yemen lleva inmerso en una guerra desde 2014, cuando los rebeldes hutíes se hicieron con la capital del país, Saná, y desplazaron al Gobierno internacionalmente reconocido a la ciudad meridional de Adén.
Arabia Saudita intervino en 2015 como líder de una coalición militar en apoyo al Gobierno. La guerra ha provocado la peor catástrofe humanitaria en el planeta, según la ONU, que estima que hay más de 23 millones de personas necesitadas de ayuda.
La violencia disminuyó tras la tregua negociada por la ONU en abril de 2022, que expiró el pasado octubre, pero sigue respetándose en parte.
