Por: Dylan Gonzalez
El primer partido de la gran final tuvo un desarrollo que pocos esperaban, ambos equipos venían de momentos totalmente opuestos a lo demostrado en cancha, Olimpia por su parte como un equipo invicto y arrollador en toda la liga y Motagua quien sufrió reestructuración tres veces en el torneo.
Desde el inicio del primer tiempo se vio al equipo de Diego Vázquez se encima de los merengues, una presión alta que cortó los circuitos del equipo de Pedro Troglio, la estrategia del ex entrenador de la selección de Honduras pobló su medio campo y eso le sirvió para asfixiar a los mediocampistas merengues.
Durante todo el encuentro se vio a Edwin Rodríguez frustrado ya que Carlos Argueta no le permitió dar ni dos pases consecutivos, Jorge Álvarez quien se destaca por su exquisito fútbol asociativo, un José Mario Pinto silencioso, Camellito Delgado supo como impedirle al volante blanco que les hiciera daño y Carlos Pineda que tuvo un trabajo totalmente defensivo para contener a Yeison Mejía y los constantes ataques por el centro del campo que hacia Motagua.
El jugador destacado para los albos fue Edrick Menjívar quien se vistió de héroe para detenerle un penal al Pistolero y atajar un disparo de Mejía que iba para el arco, Olimpia no pudo desplegar su el estilo que lo caracteriza, tenencia del balón, pases entre líneas para romper a la defensa y el juego colectivo de su medio campo.
Al final, con el empate 0-0, Diego Vázquez logró frenar la racha de 8 triunfos consecutivos del Olimpia de Pedro Troglio sobre Motagua.
Y si Troglio quiere levantar su séptima copa como timonel de los leones tendrá que cambiar su estilo de juego y demostrar porque en todo el torneo nadie los pudo vencer.