Por: Dylan Gonzalez
Como un baldazo de agua fría. El público del Vitality Stadium quedó paralizado y el partido fue inmediatamente suspendido. Es que, a los 14 minutos del complemento, cuando Bournemouth y Luton Town empataban 1 a 1, ocurrió un hecho que asustó a más de uno en Inglaterra: Tom Lockyer, capitán del Luton, cayó desplomado solo y encendió las alarmas.
Cuando la pelota estaba en otro sector de la cancha, el defensor galés de 29 años se derrumbó boca abajo en soledad al borde del círculo central. Claro, a los pocos segundos luego de advertir la situación, tanto los compañeros como rivales empezaron a pedir que se detenga el juego y asistir a Lockyer.
Después de algunos minutos de incertidumbre, los jugadores empezaron a retirarse del campo y el público empezó a aplaudir el gesto. Por suerte, no fueron muchos minutos hasta que uno de los médicos transmitió tranquilidad ante la situación: «se encuentra consciente, alerta y receptivo».
El antecedente de Lockyer hace un tiempo atrás
A pesar de que todavía no está del todo claro por qué se desmayó el defensor, en el mes de mayo tuvo un antecedente similar. En un duelo entre el Luton Town y el Coventry, se descompensó y fue operado por una “fibrilación auricular, una afección que se describe como causante de un ritmo cardíaco irregular y a menudo anormalmente rápido».