En una intersección de varias calles, rodeadas de autobuses escolares y de vehículos que se incorporan a una de las autopistas de Nueva York, decenas de mujeres latinas pasan el día esperando a que alguno de los viandantes o de los conductores que se acercan a esta parada las seleccione para limpiar su casa o sus oficinas.
La competencia es dura en este punto de encuentro de Brooklyn. Según cuentan, aunque a lo largo del día se pueden concentrar unas 60 mujeres, son pocas las que vuelven con dinero en efectivo a su alojamiento tras la larga espera. A diferencia de otros puntos de búsqueda de trabajo, en esta parada solo hay mujeres. No hay ningún hombre.
El proceso de selección es sencillo y totalmente arbitrario. “Somos escogidas como [si fuéramos] tomates”, apunta Victoria*, una nicaragüense que llegó hace cuatro meses a la ciudad. A su lado, Mercedes*, procedente de Ecuador, apunta que las más veteranas tienen menos opciones de encontrar trabajo.
Estas dos mujeres, que han ido forjando su amistad en este lugar, aseguran que las personas que se acercan a contratarlas prefieren “caras nuevas” a rostros conocidos. De esta forma, “pagan lo que quieren” a las recién llegadas y “hacen lo que quieren” con ellas.
Mercedes considera, además, que las más delgadas y las más jóvenes también tienen más posibilidades. Por ese motivo, se pasa gran parte del día únicamente con una sudadera y esconde el abrigo en la mochila, a pesar del frío ya casi invernal. “Si te ven gorda con el plumas, no te llevan”, sentencia.
Más de 130,000 solicitantes de asilo en Nueva York
El boca a boca en los albergues para migrantes ha hecho que la popularidad de este lugar se haya disparado. Desde hace meses Nueva York afronta una situación insólita. La ciudad está desbordada por la llegada cada semana de miles de personas extranjeras indocumentadas a la ciudad. La Oficina de Asuntos de Inmigrantes de la Alcaldía (MOIA) dice que más de 133,400 solicitantes de asilo han pasado por su sistema de admisión desde la primavera de 2022.
Alrededor de la mitad, 60,000, de acuerdo a los datos facilitados por esta dependencia, se encuentran bajo cuidado de la alcaldía. Ante esta demanda de asistencia social, el alcalde Eric Adams ha asegurado que este nuevo escenario “destruirá Nueva York” porque “el gasto que significa recibirlos y darles albergue impactará de forma significativa en otros programas” públicos.
Cabe señalar que hay dos tipos de asilo, afirmativo, que se gestiona ante la Oficina de Ciudadanía y Servicios de Inmigración (USCIS) y el defensivo, proceso que se lleva a cabo ante un juez de inmigración y al que son referidos todos los casos solicitados en la frontera con México tras pasar una primera entrevista de miedo creíble.
A mediados de noviembre, el edil anunció recortes en algunos servicios para gestionar el presupuesto y hacer frente a la asistencia de los migrantes. Se prevé que esta medida afecte a la contratación de policías o al horario de apertura de las bibliotecas, tal y como recoge The New York Times.
El perfil de las mujeres que se acercan a este punto coincide con las estadísticas nacionales publicadas en los últimos años por organismos como el Center for Migration Studies (CMS) y Gender Equity Policy Institute (GEPI). Según los investigadores de este último think tank, «el trabajo más común para una mujer indocumentada es como empleada doméstica o limpiadora de casas».
Este análisis concluye que, en Nueva York, el 20% de las inmigrantes indocumentadas se dedica al trabajo doméstico; el 15.3%, a asistencia de «salud en el hogar»; el 9% son conserjes y limpiadoras de edificios y el 8%, cajeras. En este informe no se incluye el impacto de la crisis migratoria en el estado porque está elaborado con cifras de 2021, pero es uno de los más recientes en los que se ha abordado la empleabilidad de este colectivo. Fue publicado en junio de 2023.