El consorcio Kaláshnikov ha anunciado este lunes el suministro al Ejército ruso de una partida adicional de fusiles de asalto AK-12. Según la oficina de prensa de la compañía, el número de este tipo de armas suministradas este año casi se ha duplicado en comparación con 2022.
A comienzo de noviembre, el presidente de consorcio, Alan Lúshnikov, anunció que se había cumplido un contrato de tres años para la entrega de AK-12 a las tropas.
Este fusil, que se fabrica en diferentes calibres, fue puesto en servicio en las Fuerzas Armadas en 2018 y es considerado el fusil de asalto más moderno con que cuenta Rusia.
Con un peso de 3,5 kilogramos -sin cargador, que puede tener hasta 60 cartuchos- el fusil tiene una cadencia de tiro de 700 disparos por minuto y un alcance efectivo de 440 metros.
Dicha empresa, que está sancionada por la Unión Europea, Estados Unidos, el Reino Unido y otros países por la guerra de Ucrania, es el principal fabricante de armas de fuego ligeras de Rusia y uno de los mayores del mundo.