Filipinas informó el lunes que convocó al representante diplomático de China y se plantea la posibilidad de expulsarlo tras los enfrentamientos más tensos en años entre buques de ambos países en arrecifes conflictivos del Mar de China Meridional.
Vídeos difundidos por la Guardia Costera filipina mostraron a barcos chinos disparando cañones de agua contra embarcaciones filipinas durante dos misiones distintas de reabastecimiento a pescadores cerca del bajo de Mansiloc (atolón de Scarborough), situado a unos 220 kilómetros de la isla filipina de Luzón, y a una pequeña guarnición en las inmediaciones del banco de arena de Ayungin (atolón Second Thomas), unos 184 kilómetros al oeste de la isla filipina de Palawan, ambos en el mar de China Meridional.
También se produjo una colisión entre barcos filipinos y chinos en Ayungin, donde hay un puñado de tropas filipinas estacionadas en un buque de guerra varado, y ambos países se echaron la culpa.
Los incidentes ocurrieron en aguas que Manila considera dentro de su zona económica exclusiva, y calificó el hecho de una “violación de la ley internacional”.
El jefe del ejército filipino, general Romeo Brawner, dijo el lunes que estaba con sus fuerzas a bordo de un barco de suministros cuando fue atacado con un cañón de agua, rodeado y empujado por barcos guardacostas chinos.
Se han presentado protestas diplomáticas y “también se ha convocado al embajador chino”, declaró el lunes en rueda de prensa la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores filipino, Teresita Daza.
Daza dijo que declarar al embajador chino Huang Xilian “persona non grata” en Filipinas era también “algo que hay que considerar seriamente”.
Corresponsales de la AFP ante el Ministerio de Asuntos Exteriores en Manila vieron un todoterreno con bandera china entrar en el recinto a las 07.15 GMT. El vehículo fue visto salir 45 minutos después.
Las embestidas y los cañonazos de agua de China contra los barcos filipinos, así como el uso de un dispositivo acústico de largo alcance, supusieron una “grave escalada” de sus tácticas, declaró a la prensa Jonathan Malaya, subdirector general del Consejo de Seguridad Nacional filipino.
Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Beijing afirmó que las maniobras de sus guardacostas habían sido “profesionales” y “comedidas”, y que había “presentado severas protestas” ante Manila.
Los guardacostas chinos acusaron anteriormente a uno de los barcos filipinos de chocar deliberadamente contra su buque a pesar de las “múltiples advertencias”.
China reclama casi la totalidad del Mar de China Meridional y ha ignorado la sentencia de un tribunal internacional que dictaminó que sus afirmaciones carecen de base jurídica.
Despliega barcos para patrullar la concurrida vía marítima y ha construido islas artificiales que ha militarizado para reforzar sus pretensiones.
“Peligroso y desestabilizador”
El Departamento de Estado estadounidense pidió el domingo a China que pusiera fin a sus acciones “peligrosas y desestabilizadoras” en el mar. Diplomáticos extranjeros en Manila también han criticado su comportamiento.
Estados Unidos ha advertido en repetidas ocasiones que está obligado a defender a Filipinas, su más antiguo aliado en Asia, si las fuerzas, barcos o aviones filipinos son objeto de un ataque armado, incluso en el Mar de China Meridional.
China ha advertido a Estados Unidos de que no se inmiscuya en lo que considera una disputa puramente asiática.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Mao Ning, reforzó ese mensaje en una sesión informativa diaria el lunes, diciendo que las disputas marítimas eran “cuestiones entre los dos países, y ningún tercero tiene derecho a intervenir.”
“Recientemente, Estados Unidos, para realizar sus propios intereses geopolíticos, ha alentado, apoyado y cooperado con Filipinas en sus violaciones y provocaciones en el Mar de China Meridional, exagerando las diferencias e incitando a la confrontación”, dijo Mao a los periodistas.
Más de una docena de países, entre ellos Estados Unidos, Japón, la Unión Europea, Alemania, Francia, Canadá y Australia, expresaron su apoyo a Filipinas y su preocupación por los incidentes.
“Es pura agresión”
Los enfrentamientos del fin de semana fueron los más intensos entre buques filipinos y chinos en años, según los analistas, que prevén una escalada de las tensiones.
China arrebató Scarborough Shoal a Filipinas en 2012 tras un tenso enfrentamiento, mientras que la Armada filipina encalló deliberadamente el BRP Sierra Madre, un buque de la Marina de la época de la Segunda Guerra Mundial, en el banco de arena de Ayungin en 1999 para frenar el avance chino.
El general Romeo Brawner declaró a The Associated Press en una entrevista telefónica que China estaba intensificando su agresión en las aguas en disputa, pero afirmó que ello no disuadiría a las fuerzas filipinas de defender sus intereses territoriales.
Más de 100 embarcaciones oficiales chinas y otras vinculadas al gobierno han pululado en alta mar en torno al disputado el banco de arena de Ayungin (atolón Second Thomas), donde ha permanecido durante décadas el buque BRP Sierra Madre que Brawner visitó. Dijo que su presencia era mucho mayor que en meses anteriores.
“Es pura agresión”, afirmó Brawner. “Fui testigo de cuántas veces los grandes barcos de la guardia costera y la milicia china nos cortaron el paso. Nos lanzaron cañonazos al agua y luego nos golpearon. Es indignante”.
“Esto necesita realmente una solución diplomática al más alto nivel”, dijo, pero añadió que las fuerzas armadas seguirían apoyando a las tropas de primera línea y protegiendo a los pescadores.
Brawner se unió al personal de la marina en un barco de suministros con casco de madera, el Unnaiza Mae 1, que llevó regalos de Navidad, alimentos y otros suministros a un pequeño contingente de infantes de marina filipinos y personal de la marina estacionados a bordo del BRP Sierra Madre en el atolón Second Thomas.
Aunque ahora se está desmoronando por el óxido y los agujeros, el Sierra Madre sigue siendo un buque de la marina filipina en activo, lo que significa que cualquier asalto contra él se consideraría un acto de guerra. Se ha convertido en un frágil símbolo de las reivindicaciones territoriales de Filipinas.
China y Filipinas mantienen un conflicto por la soberanía de varias islas y atolones en el mar de China Meridional, que Beijing reclama casi en su totalidad y donde disputa territorios y soberanía marítima también con Malasia, Vietnam, Taiwán y Brunéi.
Las relaciones entre Manila y Beijing se han deteriorado bajo la presidencia de Ferdinand Marcos, que ha intentado mejorar los lazos con su aliado tradicional, Washington, e intensificar la cooperación en materia de defensa en la región, a la vez que se oponía a las acciones chinas en el Mar de China Meridional.
Esto contrasta con el enfoque del expresidente Rodrigo Duterte, que dejó de lado las disputas marítimas con Beijing a cambio de promesas de inversión china.
Marcos dijo en un comunicado el domingo que Filipinas seguía “impertérrita” tras los últimos incidentes.
“Nadie más que Filipinas tiene un derecho legítimo o una base legal para operar en cualquier parte del Mar de Filipinas Occidental”, dijo Marcos, utilizando el término de Manila para las aguas del Mar de China Meridional al oeste inmediato de Filipinas.