El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, mantuvo este martes junto con miembros del gabinete de guerra una tensa reunión con los familiares de los secuestrados por Hamás y con los rehenes liberados, algunos de los cuales abandonaron el encuentro indignado por los procederes del Gobierno, al considerar insuficientes sus esfuerzos por traer de vuelta a casa a quienes todavía están retenidos en la Franja de Gaza.
Medios hebreos reportaron que durante la reunión Netanyahu dijo a los familiares que «actualmente no hay posibilidad de traer a todos a casa», afirmación que fue recibida con rabia por muchos de los presentes. Danny Miran, cuyo hijo Omri fue secuestrado por Hamás, tachó esa declaración de «vergüenza» y calificó la reunión de «fea, insultante, caótica».
«Hamás tiene exigencias que ni siquiera ustedes aceptarían», habría afirmado Netanyahu. Algunos se levantaron y se fueron sin esperar a que terminara el encuentro. Incluso, se produjo una pelea entre distintos familiares por discrepancias sobre cómo debe proceder el Gobierno israelí: frenar los combates en Gaza o seguir bombardeando el enclave palestino.
«¿Puede alguien realmente imaginar que, si esto fuera una opción, alguien la rechazaría?», habría dicho Netanyahu, citado por los asistentes a la reunión, respecto a los esfuerzos de Tel Aviv por liberar a todos los israelíes. El primer ministro argumentó que el Gobierno no tenía cómo liberar a los rehenes antes de iniciar la operación terrestre en Gaza, que le permitió intensificar la presión contra Hamás y crear «la posibilidad de liberarlos».
«Quien frustró este plan es la otra parte, nosotros no podíamos liberar a todos. El precio que quieren no son los prisioneros [palestinos detenidos en Israel], es el Estado entero de Israel», aseveró, según el periódico Maariv. «Nuestra responsabilidad es traer a todos de regreso a casa, e implementaremos esa opción, devolveremos a todos a casa», concluyó.