Pedro Sánchez ha elegido Israel, Palestina y Egipto como primeros destinos internacionales de su nuevo mandato, acompañado por el primer ministro belga, el también socialista Alexander de Croo. Esto es porque España ostenta la Presidencia del Consejo de la Unión Europea y que Bélgica sucederá el 1 de enero. El propósito es mostrar iniciativa y liderazgo, que ni sus respectivos gobiernos ni los del resto de socios comunitarios son meros espectadores del grave conflicto, reavivado por la violenta incursión de terroristas de Hamás en suelo israelí el 7 de octubre, con asesinatos y secuestros aún no resueltos.
El viaje tiene lugar en el contexto de una ‘pausa humanitaria’, un alto el fuego de cuatro días a cambio de la liberación de 50 de esos rehenes, prevista a partir de este jueves, pero que tendrá que esperar al menos un día más. Es fruto de la mediación de Qatar, Egipto y Estados Unidos. Explican desde Moncloa que Europa no puede permitirse otra guerra a sus puertas, con la que se libra en Ucrania ya cronificada. Es por eso que no solo presta atención, sino que además quiere ser parte de una pronta solución.
La visita ha arrancado en Jerusalén, donde Sánchez y De Croo se han visto con el presidente del país, Isaac Herzog, y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, a quienes han expresado su “dolor compartido” por el ataque de Hamás, que dejó más de 1.200 muertos, entre los que se encontraban los españoles Maya Villalobo e Iván Illarramendi. Pero Sánchez no ha omitido ante estos interlocutores, de hecho ha subrayado aquello en lo que lleva insistiendo varias semanas en los distintos foros en los que ha participado, también en su investidura: Israel tiene derecho a defenderse en los márgenes del Derecho Internacional Humanitario y el Derecho Internacional.
Énfasis sobre la respuesta de Israel
En sus importantes encuentros en Jerusalén, Sánchez ha puesto el énfasis y la presión sobre esa respuesta de Israel, ante los máximos responsables del país, y este mensaje ha trascendido por encima de la solidaridad por los ataques de octubre, siempre seguidos de un ‘pero’. A Netanyahu ha pedido alternativas a la “fuerza” para “un horizonte de paz y seguridad”, cuestionando la tarea del mandatario.
Minutos antes se veía con Herzog, con un mensaje si cabe más duro: toda acción contra Hamás “no puede implicar la muerte de civiles inocentes en la Franja de Gaza, incluidos miles de niños”, así como que la protección de los civiles ha de ser la prioridad “cueste lo que cueste” y la necesidad de permitir la entrada de ayuda humanitaria a Gaza de forma sostenida para evitar muertes por hambre. “Hay que acabar con la catástrofe humanitaria en Gaza y el terrible sufrimiento de los palestinos”, ha rogado el jefe de Gobierno de España.
Para Sánchez, ha de ser la Autoridad Palestina quien “asuma la responsabilidad” sobre Gaza, de la mano de la comunidad intenacional, una vez cesen las hostilidades. “Para conseguir esto -ha continuado el presidente español-, debe comenzar la diplomacia”, apostando por la solución de dos estados. “Es la mejor vía para derrotar al terrorismo y para garantizar la seguridad a largo plazo de Israel”, ha defendido. Sánchez ha aprovechado para reiterar su propuesta de una conferencia internacional de paz “lo antes posible” que permita avanzar hacia una solución que incluya “el establecimiento de un Estado palestino viable”.
“Israelíes y palestinos tienen derecho a vivir en paz y seguridad, pero necesitamos el compromiso de la comunidad internacional para que esto ocurra”, ha zanjado Sánchez ante Herzog.